Tiny Thief, puzles entre ladrones y villanos animados

Por Author Raúl García Luna el 28 de octubre de 2013.

El mundo de los pasapuzles para móviles y tabletas tiende a ser un erial, sin apenas narrativa fuera o dentro de los niveles pero con ínfulas de tenerla, parco en animaciones pero repleto de bonitos fondos estáticos, y garante de retos completamente descontextualizados respecto a la impasable trama. Sin embargo, si nos molestamos en bucear entre la producción industrial, entre la infinidad de títulos de este subgénero, podemos topamos con interesantes excepciones. Y Tiny Thief, de la barcelonesa 5 Ants, parece ofrecer un título que no cae en los errores habituales de los videojuegos de puzles.

Tiny Thief nos pone a los mandos de un pícaro que se adentra, nivel tras nivel, en coloridos escenarios medievales para ejercer su profesión con descaro. Mientras recorremos las secciones transversales del entorno nuestro objetivo será encontrar una serie de objetos en cada área, algunos opcionales y otros necesarios para avanzar al siguiente nivel. Para lograrlo, debemos forzar el movimiento del ladronzuelo por el escenario y pulsar sobre algunos elementos del fondo, en ocasiones para que el protagonista realice determinadas acciones del protagonista y en otras para disparar eventos en el escenario. La dificultad de los pequeños acertijos que supone la obtención de los objetos es creciente en la mayoría de los casos, y aunque el incremento en los concernientes a los secundarios no es sostenido nunca llega a asfixiar.

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A priori, la necesidad de pulsar sin pistas parece una idea peligrosamente aburrida sobre los habituales escenarios muertos o estáticos. Sin embargo, los niveles de Tiny Thief son ricos en personajes, que tienen unas rutinas variadas, y los fondos cuentan en muchas ocasiones con elementos móviles o jugables que no necesariamente resuelven ningún puzle o nos consiguen un objeto. Gracias a la diversidad parece un entorno vivo, un pequeño mundo de dibujos, y resulta agradable explorar las consecuencias de nuestros limitados actos.

Tiny Thief posee una estética cartoon de trazos limpios y diseños claros que encaja perfectamente con el tono aniñado de la historia. Nuestro pícaro aparentemente inocente comete, además de los consabidos hurtos, todo tipo de fechorías para lograr distraer a los vigilantes. Nunca ataca directamente a sus “enemigos”, pero sí altera el escenario para lograr distraerlos. Pese a todo, la violencia que incorpora se encuentra estilizada como si se tratara de una serie de animación infantil, y algunos personajes, cual Coyote ante una muerte segura a manos del Correcaminos, terminarán levantándose tras sufrir ciertos daños; otros mueren sin que esto suponga ningún drama y sin consecuencias mayores.

La historia se narra principalmente a través de nuestros propios actos pese a que exista una presentación a modo de cómic previa a cada nivel, aprovechando el proceso de carga. Se centra en las gestas de nuestro protagonista, que van desde una etapa inicial en la que emula en cierto modo a Robin Hood, pasando por momentos de cierta villanía y egoísmo para encandilar a una dama, hasta convertirse en casi un héroe. Todo manteniendo ese tono infantil y gamberro para las travesuras, sin daños, con un sistema de menús que asemeja ser un teatro de marionetas, y casi como si fuese un accesorio para hacer más amena la resolución de los puzles.

Tiny-Thief-(10)Aunque no sea un alarde técnico, ni siquiera para las plataformas móviles en las que se mueve, pero el resultado aparece impecable. Tanto las divertidas y detalladas animaciones como los escenarios se muestran sin mácula en los distintos tamaños de pantalla, sean en sistemas iOS o Android. Dependiendo de las pulgadas de nuestro dispositivo se ajusta el zoom sobre el escenario, de modo que se evitan deformaciones peligrosas entre las distintas versiones.

Revisando el resto de características me veo inclinado a pensar que tal vez la peor faceta de Tiny Thief sea la música, y no por falta calidad, ni variedad real, sino sencillamente por comparación ante la extensa gama de sonidos y lo cuidado del diseño gráfico. En realidad, las melodías son cortas pero pegadizas, muchos de los niveles disponen de sus propias tonadillas, y a menudo antes de tornarse pesadas se atenúan y desaparecen.

En suma, Tiny Thief es un pasapuzles que goza de un cuidado evidente en el acabado, tanto en su diseño como en todos los apartados artísticos que lo completan. Tal vez sea fruto de la colaboración de 5 Ants con la editora Rovio Stars, tal como explicaron en el Gamelab 2013, pero lo verdaderamente importante es que, más allá de superar las taras habituales en estos juegos, resulta agradable y divertido.

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