Muchos sabréis que no me gustan especialmente los juegos o cualquier otro producto con zombis. De hecho, puede que también hayáis leído en algún momento que no me atraen los productos de terror. Pues iba en serio. Prefiero perder, o gastar, mi tiempo con otras cosas, pero debido en mi posición como productor y diseñador tengo que conocer aquellos productos de los que se habla por encima de la media. Y eso incluye inevitablemente tener que tragarse de vez en cuando mis propios gustos.
Este año he jugado a algunos títulos de zombis, principalmente porque: ha salido un juego español de buen presupuesto, Suda 51 ha hecho una de las suyas, y el título que muchas páginas de videojuegos han galardonando como GOTY también versa sobre cadáveres andantes. Y he podido disfrutar de los tres juegos de zombis, a su manera.
La obra de Suda 51, Lollipop Chainsaw, pertenece a esa clase de juegos alocados en los que realmente da igual su temática, te lo pasas muy bien gracias a su mezcla de locura, sorpresas y referencias a otras temática. Con Deadlight y The Walking Dead es un tema distinto, porque pertenecen a ese tipo de juegos de zombis que se toman en serio el género, a los personajes y sus sentimientos, incluso a las relaciones entre muertos y vivos. Y siempre en Estados Unidos, eso que no falte.
Una moda a la que, como poco, se sumará el año que viene The Last of Us, por mostrarnos esa lucha por la supervivencia en un ambiente hostil donde el enemigo no es realmente más que la situación. Una situación provocada, eso sí, por un apocalipsis zombie, y a la que se suma una cantidad ingente de condicionantes, a saber: la locura humana, escasez de víveres, seres sin cerebro que quieren alimentarse de ellos. Como no soy experto en la materia no se de donde viene esta moda del hiperealista, y más allá de querer aprovecharse del fenómeno zombi no se porqué no se tratan estos mismos temas en otros ambientes. Creo que pueden aplicarse a cualquier guerra, a la pobreza o la escasez cuando durante cualquier situación dura a lo largo de la historia. La adversidad es algo a lo que nos enfrentamos y siempre se dan esas mismas circunstancias sin necesidad de elementos irreales por medio.
Hablé de Deadlight hace poco, y a Lollipop Chainsaw no he podido dedicarle el tiempo que me hubiera gustado, así que me centraré en la obra de Telltale Games, a los que ya dedicamos un reportaje hace ahora un año. Además, por ahora es sorprendentemente para muchos el juego del año, así que he tenido que ponerme manos a la obra para poder ver si realmente merece o no este galardón, y empezaré por mi veredicto: No es el juego del año, aunque no está nada mal.
A mi modo de ver no lo merece porque creo firmemente que Sleeping Dogs le da varias sopas con honda como producto “grande”. O que Journey es mucho más emotivo (y si me permiten, maduro). O que Mark of the Ninja es mucho más videojuego. Dishonored refleja mejor las elecciones del personaje (y además son menos forzadas), y así hay una buena serie de productos que, desde un punto de vista subjetivo u objetivo, me parecen mejor conseguidos que en The Walking Dead. Pero es, en cierta manera, una mejora por parte de Telltale respecto a lo hecho anteriormente de cara al gran público, o al público especializado en videojuegos. Sin duda alguna los talibanes de las aventuras gráficas deberían renegar de toda la agrupación de Quick Time Events que contiene, pero el dinamismo en los cambios de cámara, la posibilidad de alterar la historia en base a ciertas elecciones y los comportamientos que tenga el jugador, el inteligente trabajo gráfico, además de contar con una propiedad intelectual de cierto peso actual (en lugar de viejas glorias o licencias de culto) hacen que se despegue de los trabajos anteriores en cuanto a ser tenido en consideración como “producto de primer nivel”.
Además, jugablemente es mucho más accesible para alguien con poco tiempo o conocimiento de las aventuras gráficas más puras del estudio, curiosamente está más cerca del denostado Jurassic Park que de cualquiera otra obra de Telltale. Además de todo lo comentado, el juego cuenta con un guión (y unos personajes) que sin duda alguna han gustado a la mayoría de jugadores, y se posiciona muy cerca de una de las series favoritas de los veinte-treinta añeros.
El formato episódico también ayuda al éxito de este juego, y teniendo un origen parecido, viene como anillo al dedo. Los primeros episodios son muy sólidos como inicio de la historia, de manera que el jugador se puede meter fácilmente en ellos, mientras que los capítulos finales son imprescindibles para todo aquel que se haya visto atraído por la historia. Aquellos que se hayan puesto con él a la salida del título, habrán tenido el tiempo correcto para finalizar cada capítulo antes de la salida del siguiente, con lo que ha ocupado, de alguna manera, mucho tiempo en el espacio de juego del usuario a pesar de no ser un título excesivamente largo. No ocupa mucho más de diez horas.
Y supongo que tras ver el éxito The Walking Dead y entenderlo, hay varias conclusiones relevantes que extraer y tener en cuenta. Primera, a ver quién es el listo que dice ahora que las aventuras gráficas están muertas, yo desde luego no, y no soy realmente muy amigo de estos lemas. Segunda, quién renegará ahora de la descarga digital o de los móviles-tabletas para decir que allí no puede haber juegos de primer nivel a precios competitivos. Y la tercera, ¿nadie se ha dado cuenta de que aún no ha salido este juego de manera oficial en España?
Dicho lo cual debo volver a mi discurso original, no me gustan los zombies, y no creo que ninguno de ellos sea el juego del año, pero de alguna manera me alegra que The Walking Dead haya triunfado. Hay que fastidiarse.
Vaya mierda de redactor que estas hecho, asi de claro
Yo también estoy saturadito de plaga zombie, aunque reconozco que algún juego vale la pena como Zombie U o Dead Rising. Un saludo y gracias por el artículo.
Dead Rising, y Zombie Estate, son lo mejor de los zombies.