Este artículo se basa en una afirmación que a la vez suscita una gran contradicción:
Me llamo Xabier Pou, y soy un gran fan de la saga Rayman
Notad mi problema: ¿Cómo puede considerarse alguien fan de Rayman? El personaje creado con Michel Ancel sin duda cuenta con un buen número de juegos a sus espaldas, pero también cuenta con un gran número de problemas, y el mayor de ellos es que nunca ha estado claro qué esperar de una nueva entrega.
Es cierto que Rayman es una mascota con carisma pero pese a ello nunca ha gozado de la popularidad que otros como los Mario Bros han tenido. Su mayor éxito fue sin duda su primer juego, y según han ido llegando sus iteraciones fue perdiendo popularidad hasta quedar atrapado en un spin-off de su propia saga, viéndose obligado a ceder una porción cada vez mayor del escenario y el éxito a los rabbids, que finalmente se hicieron los amos del cotarro. No ha sido hasta Rayman Origins cuando el personaje ha recobrado la atención. Y la verdad es que creo que tengo una de las claves de la poca relevancia del personaje en los últimos años. Resulta que desde su segunda entrega el mundo de Rayman se reveló como uno de los más inestables que existen. Enemigos, objetos y muchos personajes no aguantaban del juego original a Rayman 2. O al menos de la misma forma.
Pasamos de tener como ataque principal el lanzar los puños a disparar bolas de energía. El elemento coleccionable que simulaba la puntuación pasó de ser los Tings a los Lums. Es más, estos Lums se dividieron a su vez en diferentes tipos que hacían las funciones de otros elementos básicos del juego, como los checkpoints o la vida. Pasamos de encontrar a la hada Betilla a que apareciera de la nada otra llamada Ly. Y aparecieron un montón de nuevos personajes de los que nunca habíamos oído hablar, pero que extrañamente se nos presentaban como viejos conocidos. Pocas cosas quedaron más que las jaulas para romper, las agarraderas en las que poder columpiarse y el poder de hacer el helicóptero con el pelo.
Otro de los puntos más importantes en la historia de la saga fue el paso del 2D al 3D, que pareció requerir un diseño más adulto, más oscuro, más agresivo, eliminando incluso los escenarios de aspecto cartoon e infantiles que habíamos visto antes. Entrábamos en un mundo más retorcido, más cercano al estilo que caracterizaría a otras obras como Beyond Good & Evil. Y por supuesto, eso se notaba también en los antagonistas. Por mucho que Mr. Dark (el villano del Rayman original) fuera un malvado oscuro, era a su modo colorista; ataviado con una capa azul y púrpura que hacía resaltar unos ojos amarillos saltones. Hay una gran diferencia con los más oscuros piratas robóticos de su secuela directa. Por supuesto, tenían sus trazos de colores chillones en sus vestimentas, pero en general estaban adaptados a la tiranía de los tonos grises y marrones predominantes.
Sin duda los colores volvieron con más fuerza para la tercera entrega, de nombre Rayman: Hoodlum Havoc. Pero siempre con el exagerado y constante acompañamiento de los tonos oscuros, que por momentos parecían acercar el juego a un territorio de humor negro más propio de Oddworld, y le conferían aún más agresividad al personaje.
Y existe otro aspecto curioso, pero relevante, que demuestra hasta qué punto es inconsistente este universo: inicialmente Rayman Origins se vendió como una precuela cuando al final ha resultado ser una entrega posterior en la cronología del universo. Y no es que simplemente se comentara esta primera posición temporal, sino que se hizo un tráiler de presentación expresamente para ello. Un tráiler del que muy poco quedó en el juego original.
Es decir: ya desde sus inicios, y hasta estos días, el juego no ha tenido una base sólida en la que cimentarse más que el hecho de basarse en las plataformas o la exploración y el diseño del protagonista. Y ni siquiera en Ubisoft tienen claro cómo crear un universo coherente alrededor. De hecho posiblemente ni siquiera les interese.
La verdad es que lo lamento. Parecerá una tontería, pero como fan, durante la época en la que había la misma cantidad de spin-offs que de títulos principales me costó tener algo a lo que aferrarme para argumentar que me gustaban sus juegos.
Y con la llegada de Legends nos espera otra vez un gran cambio, aunque en esta ocasión parece que el cambio entre entregas será menor que en las anteriores ocasiones. Según dicen, poco más que centrarse en la mitología nórdica y añadiendo humanos por primera vez en la saga, al menos si descontamos los seres de Origins, más paródicos que reales.
En Zelda siempre hemos tenido el estilo de juego, los personajes que se repetían y el ropaje de Link. Mario siempre ha tenido unos enemigos clásicos y power-ups básicos sobre los que conseguían que cualquier variación fuera irrelevante. En Bioshock se mantienen los poderes y la representación de una sociedad desquiciada. Pero en Rayman.. ¿qué nos queda?
Yo también soy de esas pocas personas que son fan de rayman, y aunque la gente me apalee me gustó más el rayman 2 que el 1, y el 3 es mi favorito. Pero es cierto las inconsistencias que hay entre los juegos de la saga, en su momento creí que el 3 era una evolución del 2 dado que eran los que compartían más elementos similares en ambientación y en personajes, pero a partir del rayman raving rabbids ya el único propósito de rayman es el de comicidad. Que se demostró poco después cuando los conejos al principio estaban graciosos, pero ahora están hasta en la sopa.
Yo también me quedé a cuadros cuando ví el trailer de cómo nació rayman para el rayman origins, y luego en el juego lo cortaron de cuajo porque sí. Pero al menos espero que con este juego y con el que se viene de rayman legends, asienten las bases para al menos mantener una coherencia ya no solo a nivel de personajes, sino algo de ambientación como el corazón del mundo, el soñador y otros seres y lugares.
Me alegra ver éste y otros comentarios que están de acuerdo. Eso sí, que nada nos impida disfrutar sus juegos (Que a título personal ninguno me ha defraudado), pero con un poco de consciencia y sabiendo qué esperar.