Muchos nombres a tener en cuenta en esta aventura gráfica, y un tirón de orejas a los europeos, que una vez más, somos incapaces de convertir una propiedad intelectual con cierta fuerza en un fenómeno de nivel mundial. Porque The Dark Eye no os sonará demasiado, además, es un nombre bastante genérico, y su nombre original os sonará menos (Das Schwarze Auge), pero es una saga de juegos de rol de papel y lápiz alemana con mucho éxito en centroeuropa. Tanto es así que en algunas zonas es más famosa incluso que Dungeons & Dragons, algo que ya vimos con Aquelarre en España a principios de los noventa. Y si bien ahora deberíamos conocerla más gracias a los estupendos juegos de rol de ordenador traídos a España fantásticamente por Fx Interactive conocidos como Drakensang, lo cierto es que ya en los noventa pudimos jugar a algunos títulos bastante reconocidos como Blades of Destiny, Star Trail o sobre todo La Sombra de Riva, que gastaban el prefijo “Realms of Arkania“, el nombre por el que se dio a conocer en esa época a este juego de rol fuera de Alemania.
El juego que nos ocupa también tiene un desarrollador más o menos ilustre. En esta “época oscura” (cada vez menos) para las aventuras gráficas, un grupo de desarrolladores venidos de otras empresas alemanas crearon una empresa, Daedalic Entertainment, que primero se dedicó a hacer aventuras gráficas y posteriormente también a ser editores en su país, Alemania continúa teniendo un buen mercado interno y eso explica en parte su éxito. Con el tiempo se han hecho conocidos títulos como Edna & Harvey: The Breakout, The Whispered World, A New Beginning o el reciente Deponia. Ninguno de ellos capaz de poner en peligro a los clásicos del género, pero si destacables por una u otra razón (normalmente, su buen acabado visual).
En Chains of Satinav interpretamos el papel de Geron, un pajarero que se enfrenta al reto de conseguir 3 hojas de roble para tener una audiencia con el rey. A pesar de poseer ciertos poderes, Geron comienza la aventura en desventaja, algo que condiciona su inicio en esta competición dado que no es el único que aspira a tener esa audiencia con el rey. Ese inicio tan duro no es el único obstáculo que debe soportar Geron, pues siendo pequeño ya sufrió cierto mal de ojo que condiciona el trato que los demás habitantes de Andergast tienen hacia él. Conforme avanza la historia Geron se pasea por las tierras de Aventuria, más concretamente por el reino de Andergast, un mundo que podemos decir que es realmente rico y con bastantes matices, de hecho incluso puedo decir que tiene ese poso de realismo medieval mezclado con fantasía que pueden mostrar las aventuras eslavas de Wiedzmin – o The Witcher- de Andrzej Sapkowski, tampoco faltan ciertos homenajes a clásicos de la literatura universal. Es difícil que su historia quede en el olvido para aquellos que la jueguen porque además de los interesantes espacios que muestra, nos presenta multitud de personajes ricos en personalidad tanto a favor como en contra de nuestro protagonista, además de algún giro más o menos esperado, y un final bastante sorprendente .
Dejando la historia de lado, uno de los pilares de todo juego en este género, el título se caracteriza por ser una aventura gráfica más o menos de manual pero con unas cuantas particularidades. La primera es la ausencia de un inventario realista por lo que si hay que llevar una puerta encima se lleva, sin problema alguno, este viene con cierta facilidad a la hora de avanzar por la historia. Sus retos, acertijos o puzles son bastante autoconclusivos, de manera que avanzamos de zona a zona sin dejar nada detrás que nos pueda retrasar en el desarrollo de la partida. Además, Geron cuenta con la posibilidad de romper cosas a distancia, y posteriormente aprenderá a arreglarlas objetos también, un par de habilidades a las que si bien podrían haber sacado mucho más jugo, si que dan dos opciones fijas que la mayoría de aventuras gráficas no tienen.
La mayoría de aventuras gráficas no se meten en un mundo que mezcla con tanto arte la realidad medieval y la fantasía, de hecho, podríamos decir que de base no lo intentan demasiadas, si dejamos de lado las sagas Legend of Kyrandia, King’s Quest, Quest for Glory, las humorísticas Simon The Sorcerer o Mundodisco, además de la curiosa Inherit the Earth, es difícil encontrar títulos con detalles de guión que nos sorprendan a mitad partida o que incluso acaben por convertirse en un verdadero estallido de sensaciones al finalizar el viaje.
Lo que si es criticable y molesto en este juego es su inmovilismo en el género, mantiene detalles casi estándares como la imposibilidad de fastidiar nuestra partida con decisiones erróneas, en lugar de explorar las connotaciones de esos posibles errores, también peca de ser demasiado asequible a la hora de plantear sus retos. Afortunadamente, está creado con tanto mimo, amor por el detalle, y la suficiente cantidad de sorpresas como para que sea recomendable para todo el mundo, sin esperar a que sean aficionados a un género que vivió su mejor etapa a principios de los noventa. Ofrece una mecánica aún asequible y un guión que da ganas de descubrir espacios, leyendas e historias venidas de la mejor ficción fantástica realista centroeuropea.
Buena pinta
Creo que le daré una oportunidad en cuanto pueda. La estética me gusta bastante, y también me apetece una aventura que sea totalmente conservadora con los cánones clásicos del género.