Os voy a decir una cosa, y tenedla en cuenta ad futurem. Me dan igual Spider-Man, Superman, Batman y cualquier otro hombre con superpoderes. Por alguna extraña razón que no comprendo, cuando era pequeño no me emocionaban, y más mayor me han dejado más indiferente si cabe. No creo que tenga nada que ver con lo mucho que he abrazado Dragon Ball, Caballeros del Zodiaco o Rurouni Kenshin, porque este es un fenómeno posterior (el haber sido fan de shonen manga).
Dicho esto, creo que a la hora de juzgar un videojuego poco debería importar si se es fan de un tío que se disfraza para salir a la calle y acabar con unos maleantes o no. Por ello, cuando en un buen día de 1995 llegó a mis manos una copia de Batman Returns de Game Gear mientras estaba recluido con mis padres en un monasterio, no creí que fuera a ser una solución a mis problemas de aburrimiento.
Y eso que siempre, curiosamente, había asociado la marca Batman a videojuegos de altísima gama. El Batman de Ocean para Spectrum, el de Sunsoft para Nes y Game Boy, o el trozo de Batman Returns de conducción para Mega CD, estaban considerados algunas de las cúspides de los videojuegos de entonces (en serio, la banda sonora del Batman de Game Boy te hace preguntarte si alguien te ha modificado la consola). Pero nada hacía presagiar que al poco de poner el cartucho (después de soplarlo) en la portátil de Sega, me encontraría contentísimo jugando a uno de los mejores juegos de dicha consola, honor compartido con su hermana de sobremesa de 8 bits.
Debido a no se qué avatar del destino, alguien había encargado al excelso grupo de desarrollo responsable de los dos Shinobi de Game Gear que hicieran este juego para dispositivos de 8 bits. Así que cogieron esa maravillosa base, tanto a nivel técnico, como de diseño de juego y artístico, y la adaptaron al rey de la noche. Y si Joe Musashi comparte espacio con otros 4 ninjas con armas diferentes, Batman puede elegir entre 3 tipos de batarang. Si cada ninja tiene sus habilidades, Batman recoge algunas de ellas (como la posibilidad de lanzar el gancho, tanto como arma como ayuda para llegar a lugares alejados), y añade otras de factura propia (como el planear con la capa). Y si en Shinobi podemos invocar al poder interior ninja para resolver situaciones peliagudas, en Batman Returns podemos invocar a sus vehículos para que bombardeen la zona (como si del primer Streets of Rage se tratase).
Como os he dicho, no sólo se basa en tamaño origen a nivel conceptual, sino también a nivel técnico. Y aunque la animación de Batman es una maravilla, los enemigos pueden ser mastuerzos de gran tamaño que se mueven con soltura, los escenarios cumplen ampliamente, y donde el juego acaba dando el do de pecho es en las partituras de un japonés universal: Yuzo Koshiro. En el momento en que mi alma saltó de gozo dentro de mi ser fue exactamente al darme cuenta, por los sonidos que reproducía (a un gran coste de pilas, debo añadir) el altavoz de la Game Gear, que el maestro de Ancient estaba en el ajo, y que por supuesto corroboré con gran felicidad al mirar los créditos del juego. Una banda sonora que, si bien ya es buena en anteriores juegos de Batman (la herencia de Danny Elfman se tiene que notar en algo), en este juego alcanza tintes de inolvidable.
Además, cada fase tiene dos recorridos y cualquiera de ellos está realizado con un gran mimo y detalle. El juego no es especialmente difícil, de hecho creo recordar que lo acabé antes justo antes de volver de ese retiro forzoso de la civilización, pero si muy disfrutable, hasta diría que lleno de sorpresas. La versión de Master System puede llegar a ser tan buena o mejor que la de Game Gear, cada una de ellas está pensada en las peculiaridades de la plataforma, algo a tener en cuenta, y además cuenta con el añadido de ser el único juego realizado por el equipo de Shinobi de Game Gear.
También debo añadir algo que es de justicia. En la crítica de la época no recuerdo ninguna mención a esta versión. Logré el juego a través de un compañero de clase, y de no ser así hubiera pasado absolutamente desapercibido para mi. Afortunadamente el azar obró a mi favor para dejarlo en mis manos. Menospreciado o ignorado, no importa, lo cierto es que estaba ante algo más que un simple refrito de Shinobi.
Hala! :O que bueno!!
La elección del grupo del desarrollo de Shinobi, según se rumorea, es porque inicialmente iba a ser otro título de la famosa saga, pero finalmente se decidió aprovechar la licencia.
Tuve la fortuna de comprarme el juego para Master System al poco de salir.
A decir verdad no se bien por qué, pues nunca he sido un fan del personaje.
Pero el caso es que lo disfruté muchísimo, de principio a fin.
Desconocía el equipo que se ocultaba tras su desarrollo, y ha sido una grata sorpresa 🙂