El pequeño dragón Bluppy ha sufrido uno de los pretextos más habituales en la historia de los videojuegos, han raptado a su pobre e indefensa novia, aunque en esta ocasión no ha sido un lagarto aun más grande que él, ni tampoco alguna agencia gubernamental de oscuro nombre, han sido los alienígenas. El azul Bluppy, ahora rojo de ira, deberá seguirlos rodando y sin chocar con ningún obstáculo que detenga su avance. Para ayudarle en su cometido podemos utilizar el sensor de movimiento del dispositivo para fijar una dirección. Las monedas y otros objetos que hallará en su camino lograrán aumentar su velocidad para que no se frene, le harán saltar algunos obstáculos e incluso volar. Más tarde las monedas recogidas permiten su inversión en algo tan práctico como mejoras del resto de objetos que nos ayudan.
Este curioso juego, entretenido y visualmente atractivo, permite partidas tan largas como nuestra habilidad nos permita, pero sobretodo, nos ofrece la posibilidad de repetir los niveles sin demasiado tedio puesto que el desarrollo de los mismo varía levemente en cada juego.
Debate
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