Durante milenios el hombre ha dedicado incontables esfuerzos a torturar a sus congéneres. Y pese a que actualmente, gracias en parte a la química, hayamos logrado que esta faceta humana se vea aun más desarrollada personalmente siempre he creído que puede existir una nueva vuelta de tuerca.
Siguiendo la línea de los experimentos de la CIA en los años 60 sobre el estrés nos llega un apasionante juego indie para Xbox 360 de la mano de Uberplex. Como si de un “Simon dice” se tratara, podremos usar gestos con los dos sticks del mando para realizar las tediosas tareas que nos indiquen. Ambientado en el emocionante entorno empresarial, más concretamente en un cubículo, nuestras acciones mostrarán como mandamos papeles al escritorio para sellar con dos tipos distintos de cuños o para firmarlos, a la trituradora para disfrutar de su realmente bien conseguido sonido, o incluso podremos contestar el teléfono, siempre tediosas llamadas del jefe. Por supuesto, todas las acciones transcurren sin demasiadas animaciones que puedan molestarnos o distraernos.
Lo que podría haber sido un juego de habilidad divertido y rápido recibe el trasfondo más aburrido posible, viendo además como su mecánica pierde toda agilidad posible con el uso que ofrece del mando.
Un título más del que huir aunque asuma como grata esta advertencia.
Debate
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