Las adaptaciones de videojuego a película últimamente no tienen muy buena suerte. Aunque se siguen anunciando nuevos proyectos, muchos de ellos se mantienen en el limbo. Eso, si no son cancelados como lo fueron el proyecto de Halo o Gears of War.
Una suerte similar ha sufrido la película de Bioshock, a la que el propio Ken Levine dio carpetazo. Según comenta Ken Levine, ya tenían al director –Gore Verbinsky (Piratas del caribe, Rango…)– pero su intención era la de hacer una película “R-rated”, o de audiencia restringida por la aparición de violencia o sexo. Posteriormente, el fracaso comercial de la película Watchmen añadió su granito de arena al cúmulo de problemas, ya que la productora no veía con buenos ojos destinar doscientos millones de dólares a una producción con esa calificación por edad.
También, dice Levine, que la negativa de Verbinsky a reducir el presupuesto a una cantidad menor de la mitad de la planeada fue la que hizo que el director abandonara el proyecto. Más tarde, la película pasó por las manos de Juan Carlos Fresnadillo, pero por parte de Levine no existía tanta confianza en el director, así que decidió acabar con el proyecto.
Otra película que se añade al gran número de desaparecidas en la producción. Parece que últimamente solo las versiones de Silent Hill tienen algo de suerte para conseguir aparecer en las pantallas.
Lo hemos visto en Eurogamer.
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