Lejos de los complejos juegos de rol o las vistosas muestras de tres dimensiones que presentan otras compañías, el creador del clásico Meganoid (Orange Pixel) siempre opta por una jugabilidad más directa. Nuestro avatar en pantalla es un avión y su misión es la de mantenerse en el aire, directo y sin pretextos más allá del mero entretenimiento. El sencillo control nos propone únicamente reposar el dedo sobre la pantalla para indicar que gane altitud y levantarlo para que baje, eso sí, siempre con cuidado de no caer durante demasiado tiempo no vayamos a entrar en barrena. Simple de aprender, pero dificil de dominar. La necesidad de recoger el combustible que cae por la pantalla, esquivar a otros aviones, o rescatar a personas de los tejados dificulta la tarea y añade una variedad muy necesaria.
Mola, al menos si logras adaptarte al sensible control del avión.