Aunque es posible que la mayoría de los lectores penséis distinto, el modelo de negocio que parece imponerse en el mundo es, hoy por hoy, el Free to Play. Y no hace falta más que ir a una feria de cualquier lugar de Asia para ver que eso de los «Triple A» les da un poco igual. Lo que se lleva son los juegos de móvil o de PC, pero aquellos por los que no hace falta pagar para empezar a jugar. Títulos como el recién desembarcado en España Crossfire, League of Legends, World of Tanks o MappleStory son los reyes del PC, mientras que Candy Crush, Clash of Clans y los juegos de redes sociales como Line o Kakao son los que mandan en móviles. Nombres más o menos nuevos y en general para nada relacionados con los gustos que hemos tenido siempre los jugadores de videojuegos.
Pero aquellos de vosotros que renegáis del F2P, los que preferís gastaros el dinero en un juego de oferta en una tienda digital como Steam que, tal vez, no vayáis a jugar nunca, o pagar un mes del Playstation Plus a pesar de no tener tiempo para jugar, o incluso pillaros por un precio ridículo todo un Bundle antes que descargaros y probar uno de esos maléficos juegos —de los cuales hasta la Policía Nacional se ha hecho eco en un par de ocasiones—, tal vez en unos cuantos años acabéis jugando a uno.
Yo soy uno de vosotros. Tengo más de ochocientos juegos en caja, y no tengo valor para contar cuántos tengo entre mis cuentas de Steam, Playstation Network, la eShop de Nintendo, Xbox Live, iTunes, Google Play y otros sistemas de descarga digital. Mi lista de prioridades jugables empieza por conseguir finalizar la saga Mass Effect, y no sé dónde acaba.
Pero si hay algo que me gusta en esto de los videojuegos, es probarlos. Y el Free to Play viene muy bien para bajar, ver si te gusta una mecánica y, si no, darle puerta. El problema, evidentemente, viene si el juego te gusta porque ahí es donde corremos el riesgo de caer en sus garras. Y aunque nadie en su sano juicio verá mal dejarse unos euros en un juego que te ha entretenido durante horas, el problema de estos juegos es que muchas veces están realizados no para que te dejes unos pocos euros sino para que puedas perder ahí dentro una fortuna con poco que te descuides.
Como os he dicho, tengo cubiertas mis necesidades jugables para un par de vidas. Y aun así, ahora mismo hay dos títulos de este formato a los que les dedico una cantidad muy decente de tiempo. El primero es Head Soccer, un juego que ya reseñé en su día, y que sus autores no han parado de mejorar desde entonces. Es mi juego de baño por excelencia y para que a mí me parezca perfecto solo le falta que me dejen llevar mi partida de un dispositivo a otro, pues en la Nvidia Shield (va con mando) es una gozada, pero no quiero empezar con mis personajes desde cero. En total le he dedicado más de 24 horas, y a un coste de cero euros. Muchas gracias señores de D&D Dream.
El otro es Lionheart Tactics un título que, como su propio nombre indica, trata de batallas tácticas. Un SRPG, que dirían los versados en la materia. Una obra como Shining Force o Fire Emblem, por poner algunos ejemplos. Juegos que tengo, o me he pasado, o nunca encuentro el momento de ponerme con ellos. Y, sin embargo, a Lionheart Tactics le he dado caña como hacía tiempo que no le daba a un juego del estilo. Creo que concretamente desde que probé Fire Emblem fue cuando poco más y tienen que usar una espátula para quitarme la consola de las manos. Y, en realidad, es curioso porque le he dedicado todo ese tiempo a pesar de la barbaridad de compras dentro del juego que tiene y que para avanzar durante la partida haya que hacer frente a multitud de relojes, ya sabéis eso de que en algunos juegos subir de nivel, recuperarse o aprender una habilidad cuesta tiempo. La razón de que dedique mis escasos momentos libres a este y no a otros similares es, precisamente, el tema de los relojes. Como no tengo ganas de dejarme el dinero en el juego, cuando me toca esperar horas para poder seguir avanzando dejo la partida, y ya volveré en esas horas, o unas cuantas más. No hay problema. Y mientras, poco a poco, voy avanzando en ese juego.
Aunque cuando verdaderamente me he dado cuenta de que estos juegos nos pueden coger de la solapa y no soltarnos con tanta facilidad ha sido al ver que títulos como los Sonic o, sobre todo, Crazy Taxi, aparecen con este modelo. No es lo mismo decirle que no a un juego de coches al azar, que decir que no a una nueva entrega de Crazy Taxi. Y lo mismo podemos decir de los últimos Tekken, Soul Calibur y Ridge Racer, con los que Namco está probando el Free to Play en la última frontera que les queda por conquistar: las videoconsolas. Incluso es algo que también está probando Microsoft con el famoso juego de Rare, Killer Instinct.
De hecho, con la brasa que le dan a Nintendo para que abrace el desarrollo de juegos de móviles, ¿os imagináis que se vuelven locos y en la siguiente consola todos sus juegos son Free to Play? Ya están haciendo pruebas con Steel Diver y, si esto les funciona con un juego bastante malete de submarinos, no me quiero imaginar los suicidios colectivos y las ingentes cantidades de dinero que pueden mover un Zelda, cualquiera de los Mario o un Pokèmon en este formato.
En fin, amigos, con todo esto no quiero decir que debáis abrazar el F2P como si no hubiese otra cosa pero sí que no estaría de más que lo vayáis tomando en serio. Y si no me creéis, la próxima vez que vayáis en el metro, fijaos en como ese chaval de al lado vuestro está jugando en realidad a Subway Surfers o en esa mujer cercana que está dándole con furia a Candy Crush.
Yo tengo varios problemas con los F2P y, por lo general, suelo esquivarlos. Cuando la financiación del juego se basa en la publicidad me saca de lo que estoy haciendo. Cuando se trata de las compras in-game veo como torturan la mecánica y el flujo del juego para que se encaje a esas «necesarias» compras, ya sea de objetos o tiempo.
Mis horarios son erráticos y prefiero disponer de los juegos bajo mis condiciones. Además de no querer atarme a lo que decida hacer o dejar de hacer una compañía con un juego (ya sufrí los MMORPG, gracias)
Para probar mecánicas ahí han estado las demos y el shareware desde hace mucho tiempo. Tal vez sin el F2P se moderaría un poco la lluvia de juegos de mierda que asola internet y los dispositivos móviles.
Respecto a lo que dices en tu texto, pues si, están aquí y dan cantidades obscenas de pasta. Lo que no tengo claro es por cuanto tiempo será rentable el rollo. Yo no apostaría mi dinero por si acaso, pero supongo que esto viene a ser como la producción en el cine y que sigue aquel viejo axioma de «Nunca con tu propio dinero» xD.
Estoy de acuerdo con MrPengo en que ahora mismo no me quiero acercar a muchos de ellos ni con un palo. Otras alternativas tipo League of Legends, donde no sodomizan la mecánica para hacerte pagar, me parecen bien, creo que les daría una oportunidad con gusto si tuviese tiempo y no estuviese obsesionado con mi propia pila de juegos pendientes… aunque tal vez yo no sea el target xD. Evidentemente, no se van a arruinar porque sigan estas prácticas.