Hace unos cuantos meses, Sony comunicaba que el gestor OtherOS de PS3 pasaría a mejor vida, dicha aplicación permitía a los usuarios instalar un sistema operativo Linux convirtiendo la consola en un PC de altas prestaciones. Una característica que además fue de las más promocionadas en el momento del lanzamiento del primer modelo de la consola. La alternativa, en caso de no instalar la actualización que invalidaba el gestor y conservar el sistema operativo eran, perder el servicio de juego y tienda en línea (juegos, películas, etc), a raíz de esto no poder jugar a algunos juegos que requieren estar conectado a PSN para poder jugar, y por último no poder volver a jugar a ningún juego que aparezca tras la actualización.
Como muchos ya sabrán, el eficaz sistema de protección de las consolas de Sony en la actualidad es sencillo, cada juego a partir de su salida requiere como mínimo una versión en concreto firmware (el software interno de la consola) para poder funcionar. Pero evidentemente, este cambio no supone una merma de las capacidades de la consola, y como bien apuntaban desde Sony es «opcional».
Más tarde llegó un nuevo anuncio, aun más terrorífico si cabe, en la siguiente actualización el EULA (End User License Agreement) había sido modificado de forma aparentemente imperceptible. Un escrutinio algo más elaborado revelaba que en caso de aceptar la actualización, que remedio, el nuevo EULA autorizaba a Sony a cambiar (o quitar) cualquier servicio o funcionalidad de la consola en un futuro sin nuestro consentimiento, tan solo con que estar conectados a su red en línea PSN. Una clausula posiblemente ilegal (al igual que la actualización anterior) y a todas luces abusiva.
De volverse algo habitual, ¿que sentido tendría entonces cualquier tipo de publicidad expuesta sobre un producto? no importa lo que digan, puede que el próximo mes ya no sea posible. Esto, en cierta medida ya ocurre, en los T.O.S. (Terms of Service) tienden a advertir que pueden cesar el soporte o servicio con poco o algo de preaviso. Que sea algo legal o no es de suponer que dependerá de la legislación del lugar en el que se venda el producto, puesto que la la ley se supone que garantiza unos mínimos. Lo realmente preocupante es que puedan efectuarse estos cambios en el software sin notificación alguna, sin consentimiento, y que aceptar esta clausula sea un requisito para poder seguir disfrutando del servicio que hasta ese momento ha dado la máquina.
Existió un gran número de usuarios que pusieron el grito en el cielo por la eliminación del gestor OtherOS, alguno incluso consiguió una devolución del producto y el reintegro del importe por parte del vendedor, lamentablemente es un problema que solo afecta al modelo antiguo y es una opción que gran parte de los consumidores no han llegado a explotar. Por el contrario el último cambio sobre el EULA si afecta a todos los modelos. Aunque parece que hay una demanda en curso interpuesta por el tema de Linux en PS3, Sony ha alegado que no devolverá ningún dinero por la perdida de la funcionalidad.
El dinero fue devuelto a un usuario aparentemente gracias a una directiva europea, teniendo esto en cuenta ¿es posible como compañía sentirse protegida con una clausula de este tipo? es de suponer que sí, son más grandes y nadie parece quejarse mucho, algo que también parece muy preocupante. Este tipo de situaciones deberían dañar enormemente su imagen y no parecen haber repercutido en las ventas. Curioso animal el jugador de videojuegos, capaz de lanzar peticiones online absurdas, de coordinarse de la forma más rápida y contundente posible para algo tan irrelevante como una decisión de diseño poco acertada, pero que permanece impasible ante un flagrante abuso hacía sus derechos como consumidor.