Pese a la corta pero exitosa carrera de Phil Spencer al frente de la división Xbox de Microsoft, el director jefe Satya Nadella ha decidido finalmente apoyar la venta de la división al completo a la empresa hongkonesa Lenovo. Una idea que el propio Bill Gates apoyaba desde el banquillo en la mesa del consejo de dirección hace unos meses.
La venta se ha cerrado durante la presente tarde para sorpresa de gran parte del sector por un precio muy similar a la tasación que se realizó durante el pasado año, concretamente 19.281 millones de dólares. La venta incluye todas las participaciones y derechos sobre la marca, y todo lo que pende de ella, pero deja fuera del acuerdo al equipo de desarrollo Microsoft Studios, así como algunas de sus subsidiarias –como 343 Industries–, y la mayor parte de las franquicias pendientes de estas empresas. Por tanto sagas como Halo, Age of Empires, o Microsoft Flight Simulator, entre otras muchas, permanecerán en manos del gigante norteamericano, que ya ha anunciado que mantendrá la exclusividad para los sistemas operativos Windows y las futuras máquinas Xbox.
Por su parte, desde Lenovo se han realizado las primeras declaraciones de la mano de su presidente Yang Yuanquing alegando que se encuentran «especialmente contentos con la compra» y que estaban «esperando una oportunidad como esta para adentrarse en el sector de los videojuegos». La empresa ha vuelto a realizar una jugada similar a la que llevó a cabo con la compra de la división de telefonía de Motorola de Google, o la adquisición de los portátiles ThinkPad de IBM, para adentrarse de manera exitosa en un nuevo mercado.
Como acuerdo anexo a la compra se ha hecho público un proyecto para ofrecer un servicio de streaming de videojuegos similar al difunto y recientemente resucitado OnLive. La futura plataforma contará con la potencia del sistema de servidores virtuales Azure y correrá sobre pequeños terminales orientados a la reproducción de vídeo.