The Last of Us es, probablemente, el juego más humano al que me he podido enfrentar últimamente. Quizás por ello le cuelgue la etiqueta de «juego de la generación» y, por ende, una de las experiencias más inolvidables que recuerdo en los últimos años como jugador. O quizás, y solo quizás, sea que los chicos de Naughty Dog llevan tantos años haciendo las cosas tan tremendamente bien en el mundo de los videojuegos, que la experiencia que nos ofrecen Joel y Ellie tenga el privilegio de guardarse como oro en paño en un estante muy especial.
Seguramente, la obra de los californianos no sea recordada por revolucionar absolutamente nada. Sin embargo, y pese a sus constantes clichés, será recordada por ser la primera en dar un gran salto en lo que ha experiencia de juego se refiere. A todas luces, The Last of Us no solo resulta más humano, entrañable, duro, triste, alegre, cautivador, y pongaaquicualquiersentimiento, es que sencillamente está un paso por delante de los demás. Y es algo que se nota en el ambiente, que se siente y madura con el ciclo de principio a fin de la aventura. …Seguir leyendo +