Existen algunas mecánicas de juego, como por ejemplo las plataformas, que en la mayoría de los casos añaden una complejidad innecesaria y molesta a su manejo tras adaptarse a las tres dimensiones: son mecánicas que nacieron principalmente en la época de dorada de las 2D. Del mismo modo, muchos de los juegos que a día de hoy triunfan en un formato de control tridimensional son vilipendiados en cuanto se trasladan a un mundo con una dimensión menos.
Es cierto que en muchos casos es complicado adaptar el sistema de juego a una dimensión extra o a una menos, pero no siempre es imposible. Como ejemplo tenemos a uno de los mejores plataformas de todos los tiempos, Super Mario 64; un plataformas en el se que innovó y donde se pudo adaptar el género correctamente. Los beat’em up y los shoot’em up tampoco se quedaron atrás. Con el salto tecnológico y una nueva generación en ciernes a finales de los noventa la mayoría de las franquicias intentaron dar el salto hacia la novedad. Y la mayoría se estrellaron. Otras, por el contrario, llevaban toda la vida intentando emular esa tercera dimensión sin conseguirlo: los simuladores de vuelo. …Seguir leyendo +