Una nueva temporada de la competición doméstica de baloncesto más importante del mundo acaba de comenzar y los focos de atención de todos los aficionados al deporte de la canasta se vuelven a posar sobre las grandes figuras de la NBA. Esta competición siempre ha tenido un gran seguimiento por parte del mundo del videojuego y, particularmente, por parte de Electronic Arts aunque ahora no pase por sus mejores momentos. Hubo una época en la que la saga NBA Live, que de forma bastante desafortunada intentan revivir ahora, era la principal valedora del baloncesto en el mundo del entretenimiento electrónico.
Sin embargo, dicha serie solo era la culminación de una extensa producción de videojuegos basados en este deporte. En un principio, carente de licencias, estos títulos se basaban en sus estrellas como es el caso de One on One: Dr. J. vs Larry Bird en 1983. Erróneamente, muchos jugadores consideran que con la consecución de la licencia NBA por parte de Electronic Arts llegó la saga NBA Live. Antes de eso, Electronic Arts tuvo una serie dedicada a dicha competición, pero centrada en los cruces finales que fue conocida como NBA playoffs, donde se le daba un especial protagonismo a dos equipos.
De esta manera llegamos a la primera entrega de esta minisaga, Lakers versus Celtics and the NBA Playoffs llegó al mercado en 1989 y una versión remozada en 1991 para Mega Drive. Electronic Arts pretendía dar un cariz de simulación a este juego del que carecían los habituales videojuegos de baloncesto de esta época. Hasta tal punto llegaron a este nivel de simulación que, si pretendíamos jugar los playoffs completos, teníamos que jugar todos los partidos de cuatro cuartos de 12 minutos cada uno, sin posibilidad de reducir este tiempo. Sin embargo, en modo exhibición si se permitía tanto la reducción en tiempo de juego, como la selección de distintos niveles de dificultad, así como la posibilidad de reducir el nivel de simulación.
Sin embargo, por algún motivo, no se incluyeron los playoffs al completo. El juego nos presenta una versión reducida en una ronda, de tal manera que se nos da la posibilidad de elegir entre ocho de los equipos que participaron en el torneo el año anterior; Lakers, Celtics, Bulls, Supersonics, Suns, Knicks, Jazz y Pistons. Curiosamente, no se trataban de los que más lejos llegaron y los Boston Celtics que daban nombre al juego, ni siquiera llegaron a las finales. Probablemente se trató de un criterio de popularidad más que de otra cosa, e incluso en la versión de Mega Drive se revisaron de nuevo los participantes cambiando algunos de los equipos (76ers, Blazers y Spurs por Jazz, Supersonics y Knicks. Aparte de las ocho franquicias, el videojuego también incluye los combinados All Star del Este y Oeste, exclusivamente para partidos de exhibición.
La búsqueda de la simulación por parte de Electronic Arts quedó patente en dos vertientes. La primera en el campo jugable que, evidentemente, no podemos comparar con los hitos de simulación que tenemos actualmente, pero teniendo en cuenta que en aquella época casi todo el baloncesto en videojuegos era arcade, no dejaba de ser una cierta apuesta de riesgo. Aparte del tema de la duración de los cuartos que comentamos antes, el juego implementaba una serie de puntos del reglamento que no eran habituales en los videojuegos como eran los dobles o el campo atrás, además de ser bastante más estricto de lo habitual en la señalización de las faltas personales. La fatiga es otro punto importante del juego, ya que será diferente según el jugador que sea. En este sentido, la posibilidad de realizar cambios y pedir tiempos muertos se hace esencial para llevar los partidos a buen puerto. De igual manera, cada jugador tiene unas características distintas, empezando por la altura que es visiblemente diferente entre los distintos miembros del equipo, siguiendo por la habilidad en el robo y los tapones, y terminando con el porcentaje de acierto en el tiro, tomando como referencia las estadísticas de tiro reales de los jugadores.
La otra vertiente de simulación se encuentra en un apartado gráfico en el que se cuidaron muchos detalles. El aspecto de los jugadores cuenta con una mayor precisión que otros títulos de la época. Aparte la altura que comentamos antes, diferentes rasgos físicos como el tono de piel, el color del pelo, los diferentes accesorios o el vello facial, hacen que podamos diferenciar los jugadores sin necesidad de fijarnos en el dorsal. Por otro lado, se dio una gran importancia a las animaciones, especialmente a los mates, con una variedad de animaciones bastante impresionante para hablar del año 1989. Además, en algunos de los jugadores más carismáticos podemos ver lanzamientos característicos como el sky hook de Kareem Abdul Jabbar. Esto último fue uno de los puntos fuertes del juego y, sobre todo, el que más llamó la atención del público. Electronic Arts tomó buena nota y para la versión de Mega Drive de dos años más tardes aumentó considerablemente el número de animaciones, incluyendo no solo mates, sino a miembros del banquillo y a las escenas de televisión introductorias. Por otro lado, todo el aspecto gráfico fue mejorado aprovechando la potencia que presentaba la consola, pero con un colorido menos vivo, como es clásico en la 16 bits de SEGA. Finalmente, el aspecto más mejorado fue el sonido, prácticamente inexistente en la versión de PC y que incluía hasta algunas voces digitalizadas.
Tras este título la saga se completó con dos más, así como con Team USA Basketball basado en la selección de Estados Unidos y NBA Showdown, que fue el título que precedió a la saga NBA Live. De hecho, las primeras entregas de NBA Live, aunque cambiaban la perspectiva a isométrica, contaban con muchas similitudes gráficas a los juegos de esta saga previa.