Un hombre con heridas más profundas de las que se puede ver a simple vista, que se lamenta del pasado, mira hacia el futuro con la incertidumbre de no saber qué esperar de él y que, a su vez, yace meditabundo sobre las ruinas decrépitas del presente. Con este mensaje se introduce a sí mismo Phoenix Wright – Dual Destinies. Investigación y abogados por excelencia, ha tratado de cambiar para adaptarse a estos tiempos venideros pero, a su vez, no ha dejado de acordarse de los jugadores acérrimos y más viejos de la serie, una amalgama entre lo nuevo y lo viejo, que se nota desde la primera vez que le damos al play.

Phoenix Wright – Dual Destinies nos sitúa un tiempo después de la entrega Apollo Justice y continúa la premisa con la que empezó este: el sistema judicial está en su época más oscura y es más importante obtener resultados que la verdad, por ello, los fiscales acusan con cargos falsos mientras que los abogados se defienden con pruebas amañadas.

Caras nuevas

Por supuesto, nuestros protagonistas son ajenos a dicha contaminación del sistema. Phoenix vuelve a recuperar su título de abogado, Apollo le sigue también en esta aventura, y a estos dos, para completar nuestro trío de abogados, se les añade una compañera más, Athena Cykes, que nos traerá una nueva habilidad con la que podremos analizar las emociones de la gente durante los juicios. Dicha habilidad nos permitirá averiguar las inconsistencias de los testigos entre lo que dicen y lo que sienten, por lo que se relega la habilidad de Apollo —recordemos que era la de ver si mienten gracias a los tics nerviosos de los testigos— a las fases de investigación.

Ahora, estas fases son escenarios más detallados y facilitan mejor la búsqueda de pistas al indicarnos con el puntero dónde hay información nueva, en lugar de buscar píxel por píxel algún dato nuevo. Este hecho, unido a que estas pantallas realzan maravillosamente bien el efecto tridimensional de la 3DS y que se le añade, aunque de forma anecdótica, la habilidad de Phoenix —descubrir si una persona oculta un secreto—, proporciona un soplo de aire fresco a la dinámica de los juicios que, además, ahora son más rápidos y ágiles. Sin embargo, a pesar de contener la misma cantidad de casos que en entregas anteriores, las penalizaciones son mucho más flojas y, para los jugadores más tenaces de Phoenix Wright, supone una bajada en la dificultad y complejidad con la que siempre se ha regido esta serie.

Objection!

Si tenemos en cuenta todos estos cambios, junto con la remodelación gráfica a raíz del cambio de los gráficos 2D a cel shading 3D, el añadido de cutscenes en forma de vídeos y una banda sonora remasterizada y compuesta para ser tocada por una orquesta, nos obliga a pensar que es un juego realizado para captar nuevas audiencias… y, en gran medida, puede que sea así. Pese a todo, la esencia que atrajo a los anteriores fanes está exactamente igual de bien conservada, tanto en carismáticos y variados personajes que ocultan secretos por diversos motivos, historias con giros argumentales sorprendentes que nos harán sumarnos a los espectadores del juicio como uno más, y momentos desternillantes de situaciones inesperadas que acabarán atrapándonos hasta el final para poder averiguar la verdad que se oculta detrás de cada caso.

Cuando inevitablemente lleguemos al final, en el caso de que nos quedemos con ganas de más, el juego cuenta actualmente con dos DLC: uno —bastante olvidable— que permite cambiar de trajes a los protagonistas, y un segundo con un caso nuevo pero que no influirá para nada en la trama principal. Falta por anunciar si habrá más DLC.

Estamos, pues, ante un juego que aunque propone algunos cambios que hubiera sido mejor evitar —respecto a los anteriores de la colección—, mantiene muy bien la esencia básica de la misma y, si bien quizás algo más fácil, incluye novedades muy interesantes que sin duda mejorarán la serie y compensarán con creces cada minuto que le dediquemos.