En la mayoría de las ocasiones, cuando una videoconsola entra en su ocaso, el catálogo de lanzamientos suele sufrir un bajón importante tanto en calidad como en cantidad, limitándose en muchos casos a las ediciones de juegos deportivos anuales. Sin embargo, tenemos algunas excepciones en las que nos encontramos con verdaderas joyas que aprovechan al máximo el poder de la consola cuando esta ya ha quedado obsoleta por un modelo superior.

Este es el caso de Kick Master, que fue lanzado para NES en enero de 1992, cuando los esfuerzos de Nintendo ya se encontraban focalizados en su Super Nintendo y su particular batalla contra la Mega Drive de SEGA. Kick Master es una obra de Kindle Imagine Develop, dirigida por Shinobu Yagawa y Kazuhiro Iizuka, que contó con la distribución de Taito.

La malvada hechicera Belzed ha atacado al reino de Lowrel, asesinando al rey y la reina, secuestrando a su hija, la princesa Silphee, llevándosela a su mazmorra. La única esperanza para la princesa reside en Thonolan, el más joven de los maestros en artes marciales conocidos como los Kick Master, que aparte de sus habilidades de combate, contará con conocimientos mágicos para poder rescatar a Silphee. En una primera instancia, nos encontramos con un videojuego que nos recuerda poderosamente a Ninja Gaiden, tanto en la forma de presentar la historia a través de escenas introductorias, como en el desarrollo de la acción. Sin embargo, Kick Master mezcla todo en un mundo de fantasía casi tolkeniano lo que justifica la introducción del componente mágico. Esta particular visión permite la mezcla del género de acción con elementos de RPG, como son la evolución por niveles que definirá nuestro poder mágico.

Para atacar a nuestros enemigos tendremos que combinar nuestras habilidades en las artes marciales con los conjuros mágicos. Cada vez que acabemos con un enemigo, este soltará un objeto que, si lo recogemos, mejorará nuestro poder mágico, aumentará nuestra experiencia o incluso puede hacernos daño. Cuando conseguimos mil puntos de experencia se aumenta un nivel con lo que nuestra barra de poder mágica se cargará al máximo y nuestro personaje aprenderá nuevos métodos de ataque. De igual manera, iremos adquiriendo nuevos conjuros que pueden ser usados tanto para atacar a nuestros enemigos como para recuperar nuestra energía. Dependiendo del tipo de conjuro necesitará más o menos puntos de energía, por lo que tendremos que actuar sabiamente a la hora de elegir el mejor conjuro en cada momento.

Kick Master cuenta con ocho niveles de una longitud bastante considerable, sobre todo, tratándose de un beat’em up para NES. Como hemos comentado, se trata de un videojuego desarrollado en el ocaso de la 8 bits de Nintendo, por lo que nos encontramos con un excelente trabajo técnico. Lo primero que se observa es como se exprime la paleta de colores de la máquina, recordándonos a los mejores títulos de la consola.

El juego cuenta con un gran diseño de personajes y escenarios, mezclando elementos que recuerdan tanto al propio Ninja Gaiden como a Castlevania. A pesar de contar con un scroll unidireccional, el diseño de niveles demuestra una cierta habilidad y experiencia en el género. Otro punto a destacar en el título se encuentra en la banda sonora, con las limitaciones propias de la máquina, pero con una gran variedad de melodías sacadas de la partitura de Nobuyuki Shioda.

Probablemente Kick Master se mereció una mejor suerte que la que tuvo, ya que era casi imposible triunfar en un mercado que ya entraba en la decadencia, abrumado por el poderío de las máquinas de 16 bits. De hecho, hasta la crítica de la época fue bastante injusta, cuyo criterio en ocasiones se nublaba por una vara de medir pensada en los 16 bits. De haber salido unos cuantos años antes, seguro que se hubiera considerado como uno de los mejores títulos de la NES y se hubiese convertido en otro clásico más de Taito.