Si algo funciona ¿para qué cambiarlo? Dentro del mundo de los videojuegos pocos son tan simples y satisfactorios como los shoot’ em up clásicos. Una nave, un scroll trepidante y toda una suerte de enemigos pululando por todas las áreas de la pantalla han proporcionado infinitas horas de diversión a varias generaciones de jugadores. Y lo siguen haciendo, sólo hace falta echar un vistazo a servicios como Steam, XBox Live Arcade o, simplemente, al App Store para darnos cuenta que estamos ante un modo de juego que va camino de ser eterno.
Mejor y más grande
Sin embargo, podemos emplazar su momento álgido en la década de los 80 y también un pequeño «bache» a mediados de los 90 (coincidiendo con el auge de los polígonos) del cual libró SNK, una compañía que era una aútentica maestra en hacer resurgir y perdurar géneros clásicos. Con el gran impulso que suponía una máquina recreativa tan carismática como la NeoGeo, la empresa nipona nos regaló en 1998 una joya titulada Blazing Star que rescató las sensaciones del género de la década anterior pero con un apartado técnico acorde con el hardware de la mítica consola de Shin Nihon Kikaku.
El desarrollo del Blazing Star fue obra de Yumekobo, un estudio que estrenaba acuerdo con SNK. Anteriormente era denominado Aicom y dependía de SEGA Sammy Holdings, donde ya desarrolló juegos para NeoGeo como Viewpoint o Pulstar, algo que sirvió como una estupenda experiencia previa para la creación de Blazing Star. De hecho, esta nueva producción no dejaba de ser una revisión de Pulstar pero con una evidente mejora gráfica por el uso de sprites tridimensionales aunque el desarrollo de la acción siguiese siendo en 2D.
Siempre hay una historia detrás de la guerra
La guerra interplanetaria entre los planetas de Remuria y Mutras lleva desarrollándose desde hace demasiado tiempo, por lo que la carrera armamentística de ambas potencias está llegando a un peligroso punto de no retorno: se está experimentando con nuevas tecnologías que aúnan armas de producción orgánica con tecnología alienígena. Esta investigación derivó finalmente en Brawshella, un arma con la capacidad de cambiar la voluntad de los animales y que podría conseguir que éstos atacaran a los humanos de ambos planetas, haciéndose con el poder total de ambas fuerzas en tan solo una semana. Los humanos aceptaron su nueva situación, pero continuaron luchando entre ellos. Tan solo seis pilotos están pensando en revelarse y dejar de hacer caso a Brawshella, planeando atacarla directamente en vez de seguir alargando indefinidamente la guerra interplanetaria.
La partida comienza escogiendo a cual de los seis pilotos encarnaremos, cada uno de ellos con una nave distinta y sus propias características: Caster, Leefa, Naomi Y, JB, Asayuki y Kaouro Y. Esta elección definirá el tipo de arma que tendremos en la nave y las posibles mejoras que podremos conseguir a base de power ups.
El control del juego se basa en el movimiento de la nave por la pantalla y en el uso de dos botones de acción, mientras que el escenario se se desplaza simultáneamente de forma horizontal. Con una pulsación simple en el principal se realiza un disparo, cuya capacidad de daño dependerá de los distintos power ups que hayamos ido recolectando al acabar con las ráfagas de enemigos. Asímismo, dejando pulsado dicho botón se recargará una barra de energía de un arma especial que, igualmente, puede ir mejorándose a base de items. Dicho disparo especial podrá dividirse en diversas direcciones haciendo uso del botón secundario.
Su virtud entra por los ojos
Pero si por algo destaca Blazing Star es por su factura técnica, donde sobre el planteamiento clásico de juego nos encontramos con todo un alarde gráfico. Haciendo uso de una ROM de 346 Mb, el juego se permite incluso mostrar escenas introductorias de CGI, secuencias anime y el uso de sprites prerenderizados en 3D. Dicho efecto 3D se extiende en diversas fases del juego a los fondos, dejando un aspecto visual envidiable pero sin afectar a la experiencia de juego. Por otro lado, la producción audiovisual si incorpora ciertas taras ya que se incluyeron voces digitalizadas con verdaderas patadas a la gramática inglesa en la traducción y el doblaje del material original.
Para cualquiera con ganas de una buena sesión de «machacabotones», Blazing Star puede ser una magnífica opción disponible también para iOS, Android y Wii. Se trata de un shoot’ em up con un aspecto muy atractivo y unas buenas dosis de acción. Además, puede ser una buena alternativa para los principiantes en el género, ya que su dificultad se encuentra bastante por debajo de otros títulos similares.
Muy buen gusto recordando este juego, aunque me has dejado con ganas de profundizar más en él, te has quedado como a las puertas de lo mejor : ) Gracias aún así por el texto, me encanta cuando rescatais esta joyitas. Y, en concreto, esta cita me ha gustado mucho:
«(…) estamos ante un modo de juego que va camino de ser eterno».
No puede ser más cierto, los matamarcianos son el género inmortal, esencia pura del videojuego.
Me alegro de que te haya gustado, el propio subgénero en sí da para hablar largo y tendido. No en vano es el más longevo después del deportivo (suponiendo que dos palos y una bola se considere deporte).
Me acuerdo cuando vi por primera vez este juego en unos recreativos. Dije «ALA, UN MATAMARCIANOS DE VERDAD». Metí 5 duros (snif), y cuando vi unas naves en el fondo viniendo a por mi, en tiempo real, el encargado de los recreativos tuvo que traer un cubo para recoger mis babas.
Un juego que es un compendio de cosas que hacer bien en un matamarcianos, pero cuyo final es … escueto. Por decir algo :D. Junto con Thunderforce IV el máximo esponente de Matamarcianos Espectáculo.