Haciendo caso a la crítica, Hook es una de las películas menores de Steven Spielberg. Sin embargo, el pueblo es soberano y lo cierto es que este film resultó ser uno de los taquillazos de 1991. La película, protagonizada por Robin Williams y Dustin Hoffman, es una trepidante historia de aventuras de la vieja escuela sobre Peter Pan y compañía con la que la muchachada de aquella época disfrutó.
Un éxito de este calibre, no podía quedar ajeno al mundo de los videojuegos, por lo que Sony se hizo con la licencia para el mercado de las videoconsolas y Ocean Software se ocupó de los ordenadores personales (Amiga, Atari ST y PC). El producto de la compañía japonesa era un título de estilo arcade, tal y como exigían las plataformas para las que iba a ser lanzado. Por su parte, Ocean encaminó su producto hacia el usuario medio de un ordenador personal y lanzó una aventura gráfica, que será la adaptación que recordaremos en esta ocasión.
Antes que nada, hay que poner a Hook en el contexto videojueguil de 1992, año en el que Lucas Arts lanzó Indiana Jones and the Fate of Atlantis y Sierra llevó a las tiendas King’s Quest VI y The Dagger of Amon Ra. Esto debería servirnos para valorar el reto que suponía el lanzar una aventrua gráfica por aquella época, a sabiendas de que iba a estar en otra liga distinta a la de las dos grandes. Por si fuera poco, y aunque Ocean Software era toda una veterana en el desarrollo de licencias cinematográficas, en realidad era una novata creando aventuras gráficas del tipo point & click. Además su desarrollo fue encargado a Shadow Software que, prácticamente, era debutante.
El principal pro de Hook se encuentra en la fidelidad al guión de la película, por lo que encarnaremos a Peter Banning, un ejecutivo de éxito que apenas puede encontrar cinco minutos para pasarlo en familia. Como los fans ya sabrán, en realidad se trata de un crecidito Peter Pan que decidió dejar el país de Nuncajamás para poder seguir a Wendy, y a su nieta Moira, pero su estresante vida le ha hecho olvidar quién es. El capitán Garfio es el que no ha perdido la memoria y ha pensado un astuto plan para acabar con Peter Pan: secuestrar a sus hijos y llevárselos a Nuncajamás.
Durante el desarrollo de la aventura la interacción con en juego se realiza a través de un point & click clásico, siguiendo la estela del sistema SCUMM de Lucas Arts o el SCI de Sierra. En la parte inferior de la pantalla tenemos cinco acciones básicas (mirar, hablar, coger, dar y usar), así como un inventario de objetos que nos permite utilizarlos tanto con elementos y personajes del entorno como con otros objetos del propio listado.
Por otro lado, el nivel de los puzles de Hook es sensiblemente más sencillo que el de otras aventuras gráficas de la época. Esta facilidad viene propiciada en buena parte por la fidelidad al guión de la película, algo que daba bastantes pistas de lo que había que hacer en los momentos claves del juego. Sin embargo hay un buen trabajo de los guionistas en el desarrollo de las tramas paralelas, por lo que la aventura es lo suficientemente larga como para colmar las necesidades de un aficionado al género.
Tal vez su aspecto más llamativo sea el trabajo artístico, en Hook es encomiable ya que cuenta con un estilo propio no reconocible en otra aventura, y sin que esto perjudique a la asociación de personajes y escenarios con la película. No se puede decir lo mismo de la calidad del audio que ya es otro cantar, la banda sonora brilla por su ausencia y casi todo está basado en efectos de sonido que terminan siendo repetitivos.
En resumen, Hook es uno de esos juegos que se encuentran en el agujero negro del olvido, a la fría sombra de las aventuras gráficas contemporáneas de los años de oro de Lucas Arts y Sierra. La altura de algunos de esos títulos ha provocado que muchos lanzamientos de aquella época hayan sido infravalorados y Hook es un buen ejemplo de ello. No es una de las mejores aventuras de todos los tiempos pero es un título solvente que puede apaciguar el «mono» de los grandes fans de este tipo de juegos.