Resulta curioso que ver como los juegos más populares o más trasladados al ecosistema móvil son aquellos que peor se adaptan a ese medio. Es difícil encontrar juegos de estrategia por turnos, de fácil salvado y segmentados en el tiempo, o aventuras gráficas y dramas interactivos basados en la pulsación sobre la pantalla, sin embargo no cuesta encontrar títulos deportivos, juegos de puzles o plataformas de precisión, todos ellos necesitados de controles virtuales que a menudo son mal implementados. Mientras tanto, van creciendo el número de núcleos de procesador, la RAM, y la integración de tarjetas gráficas dedicadas en los móviles de nueva hornada.
Tan habitual es el absurdo mencionado que a veces uno se extraña de encontrar juegos de géneros minoritarios o en recesión, juegos como Cyberlords Arcology. Handygames nos ofrece una aventura de acción, rol, y estrategia en un trasfondo cyberpunk, con soldados, mercenarios y supervivientes, todos ellos con implantes cibernéticos, en una ciudad colmena repleta de desigualdades económicas. Los aficionados al género literario darán gracias, el resto de incautos, y puede que algún novato, podrán ver un precedente de relativa actualidad en Deus Ex: Human Revolution, pero solo en su vertiente argumental.
Ruta de escape: Andando y por la puerta principal
El juego nos cuenta la historia de Jesse Lord, un desamparado mercenario que despierta sin recuerdos recientes en un laboratorio de alta seguridad. No sabemos con claridad que le han hecho a nuestro avatar o porque, pero somos distintos, hemos perdido algunos implantes, nuestro dinero y nuestras armas. Sin apenas tiempo para filosofar sobre nuestra condición y mientras comenzamos a planear el escape un ente desconocido, de nombre Omega y presumiblemente una inteligencia artificial, se dirige a nosotros a través de nuestros implantes, bienintencionado o no pretende ayudarnos a escapar y evidentemente Jesse le hará caso solo mientras compartan intereses.
Durante el transcurso de la huida por las enmarañadas instalaciones del laboratorio de la clínica McCoy descubrimos que albergan a más cobayas, algunas hostiles, otras amigas, pero casi todas casi tan bien armadas y tan predispuestas al combate como nosotros mismos o los guardias que pululan por los pasillos. Tras hacer algunos amigos y llegar a un lugar seguro nos topamos con un grupo que lucha contra los experimentos del «gobierno» corporativo de la ciudad. Jesse no recuerda ser un hombre de ideales pero si disfruta dejándose llevar por su propia ira y la sola idea de acabar con esa maldita corporación le hace esgrimir una leve pero imborrable mueca. Decidido a luchar en la rebelión, no tarda en hacer amigos, enemigos, y buscar las respuestas que solo la corporación y aquel ser misterioso pueden resolver.
Armamento disponible: Todo el que puedas compras, y un poco más
Lord en su periplo no lo tendrá nada fácil, sus enemigos, pese a disponer de una dificultad variable, tienden a ofrecer bastante resistencia y requieren de cierta estrategia. Más allá de los niveles más sencillos no basta con abalanzarse con furia ciega lanzando cuchilladas sobre cualquier rival. Cada miembro de nuestro creciente grupo de cuatro debe especializarse en un armamento concreto (cuerpo a cuerpo, distancia, tecnología,…), usar un equipamiento que facilite el ataque o la defensa, y sobre todo, escoger con cuidado los implantes a comprar mientras subimos de nivel.
La posición y el método para avanzar por el mapa tampoco son algo a descuidar, aunque afortunadamente el sistema de pausa activa permite decidir en cada momento como de tácticos queremos ser, pausando, dando órdenes, y volviendo al libre transcurrir del tiempo, es fácil encontrarse con sorpresas, nuevos enemigos, torretas que disparan munición que aun no poseemos o minas. Siempre viene bien ir con pies de plomo, literalmente, o botas ligeras, pero eso depende de nosotros.
Tras las primeras misiones nos encontramos libres para pasear a nuestro antojo por toda la colmena «Asgard Arcology», desde las zonas de lujo a los inmundos suburbios donde dormimos para recuperarnos, pero eso no significa que los paseos por las calles sean un momento para andar descuidados. La ciudad alberga unas cuantas sorpresas en forma de misiones secundarias de guión duro y cruel, exactamente lo que se espera del género. Asestar una cuchillada por la espalda siempre es una buena opción para evitar cargar con algo más de metralla incrustada en nuestro cuerpo.
Interfaces, cableado e implantes
La representación de nuestro avatar y sus compañeros en perfectas dos dimensiones cumple su cometido sin demasiados alardes, al menos sin contar los retratos donde si podremos ver un primer plano de sus caras. En estos cuadros pueden apreciarse claramente algunos implantes y mejoras. Los otros protagonistas, las armas, no solo son reconocibles dentro del género sino que también se ven perfectamente ilustrados en sus miniaturas del inventario o durante su uso. No faltan las armas de energía, las minas inteligentes, el hackeo de torretas o de sistemas de combate enemigos, incluso disponemos de municiones distintas. Del mismo modo, los efectos gráficos del combate pese a ser en dos dimensiones logran cumplir los mínimos que cualquier título bidimensional debería alcanzar.
Las limitaciones que impone la perspectiva cenital dañan el buen aspecto posible de los personajes, parecidos en algunos momentos a los de True Lies, aquel clásico de Super Nintendo. Aunque gracias a esa misma perspectiva podemos orientarnos con mayor soltura por el laberíntico escenario para llegar a las zonas donde debemos cumplir algún objetivo.
Los mercenarios
Las divertidas y pausadas misiones nos llevan de manera casi inexorable hasta un único punto. Y desde nuestra última misión podemos escoger entre distintos finales, siempre a voluntad desde una única decisión. Pero que nadie se engañe, aunque os avise de las ligeras variaciones del guión los textos son tan planos como el encefalograma de un mercenario de película ochentera, los distintos finales tan solo son un caramelo sin apenas azúcar, y la correcta ambientación poco importa en los tiroteos. Aunque todos los detalles sean un regalo que nunca amarga el verdadero dulce está en las misiones y su dificultad en los últimos niveles.
A día de hoy es casi un regalo encontrar un videojuego de móvil o tableta decente enmarcado en el género de la estrategia o el rol, y Cyberlords – Arcology es un regalo que no puede dejarse escapar, sobre todo siendo gratuito.