L.A. Noire, el nuevo juego de Rockstar, ha conseguido cautivar tanto a críticos como a jugadores, consiguiendo un increíble volumen de ventas y análisis muy positivos en infinidad de medios especializados.
Y lo cierto es que es un juego original e innovador, merecedor de todo tipo de loanzas, pero que por desgracia tiene algunos detalles que aún están por pulir. Hay que tener en cuenta que es una mecánica muy innovadora y que todas las primeras incursiones siempre conllevan muchos riesgos y muchos errores, pero lo cierto es que a medida que avanzamos notamos que hay algo que no acaba de estar bien en el juego.
Antes de empezar el análisis tengo que hablar de las similitudes y diferencias con otros títulos de Rockstar como GTA (Grand Theft Auto) o Red Dead Redemption. L.A. Noire no se parece a ellos prácticamente en nada, puesto que no nos da libertad absoluta para hacer lo que queramos, ni nos permite actuar de forma psicótica contra todo el mundo a nuestro alrededor, ni nos obsequia con todo tipo de actividades de exploración para que nos perdamos en su extenso mapeado. L.A. Noire se parece mucho más a Heavy Rain o a The Getaway (aquí se nota bastante la influencia de Team Bondi) en el sentido en el que vamos recorriendo una linea argumental en todo momento, sin poder salirnos de ella, ni decidir prácticamente nada por nuestra cuenta.
De The Getaway encontraremos elementos sutiles, como el hecho de no utilizar una interfaz artificial en pantalla en ningún momento. No veremos un indicador de munición, ni aparecerán auras brillantes alrededor de las pistas ni halos de luz en el suelo junto a puertas que se puedan abrir. En lugar de eso oiremos unas sutiles notas de piano cada vez que pasemos cerca de una pista; o podremos fijarnos en los pomos de las puertas: los pomos dorados nos indicarán que puertas se pueden abrir. Recordad que en The Getaway, no teníamos indicador de vida ni de munición y que para saber que ruta tomar con un coche teníamos que fijarnos en los intermitentes, que se activaban automáticamente.
Es importante tener en mente el hecho de que no se parece en nada a un GTA, puesto que un jugador espectante de acción y violencia desenfrenada encontrará una terrible decepción con L.A. Noire, ya que se trata de un juego contemplativo, meditativo, pausado y conversacional.
Es cierto que existen momentos donde se incrementa la acción. Momentos como tiroteos, persecuciones, o peleas callejeras. Sin embargo estos momentos son escasos, poco satisfactorios y desde luego, no son para nada el núcleo del juego.
El núcleo del juego son los momentos de búsqueda de pistas y los interrogatorios. Durante los primeros, tendremos que recorrer un lugar (normalmente una escena del crímen) fijándonos en pequeños detalles que nos puedan aportar información. Éste sistema funciona perfectamente, debido a que hay infinidad de objetos con los que interactuar y no todos forman parte de la investigación. Usando la lógica y fijándonos en los entornos, podremos encontrar todas las pistas sin necesidad de andar presionando el botón de acción ciegamente, lo que hará que nos sintamos realmente bien y nos empezará a meter en la piel de un detective.
La otra gran baza de este juego, y sin duda su punto fuerte principal, son los interrogatorios. A todas horas, en todo momento estaremos interrogando gente mediante conversaciones realmente interesantes y amenas. Por desgracia, a pesar de que el sistema de reconocimiento facial funciona realmente bien, estos interrogatorios son un poco caóticos y a menudo tienes la sensación de perder el control debido a la falta de información por parte del usuario.
De vez en cuando, el sospechoso hará una declaración y tendrás que decidir si es verdad, mentira, o duda (que significa que el acusado miente, pero no tienes pruebas). En estos casos iría realmente bien poder saber que dirá el agente Phelps (nuestro personaje) antes de tomar la decisión, puesto que a veces decidimos una de las tres opciones teniendo un argumento en mente, y Phelps suelta una acusación en otra dirección, dejándonos completamente desarmados y haciéndonos fallar en multitud de ocasiones. Por otra parte, tampoco hay información después del interrogatorio, de forma que nunca sabremos que hemos hecho mal. Una pena, teniendo en cuenta que tenemos un compañero que nos podria decir «Hey, Phelps, ¿por qué no le enseñaste el ticket de feria? ¡Lo habrías cogido desprevenido!»
También hay que hablar de la excelente ambientación del juego. La ciudad de los Ángeles de los años 40 está recreada con una fidelidad pasmosa, y aunque el mapa sea completamente enorme, los detalles están presentes en todas partes. Detalles como propaganda electoral de Richard Nixon, o el cartel de Hollywoodland, o la emisora de radio, que no se puede cambiar, pero que es una reconstrucción de lo que realmente sonó aquel día en concreto por la radio en los ángeles. El centro de la ciudad, la parte más trabajada, tiene un 90% de parecido a la real, incluyendo señales de tráfico. Las calles están llenas de gente con vida propia que tienen una pinta muy distinta de vestir, de andar y de reaccionar en función de la parte de la ciudad en la que estés. Impresionante.
Pero entonces… con su innovadora mecánica de juego, su increíble ambientación, sus notables gráficos y con el pasmoso sistema de recreación de expresiones faciales… ¿qué es lo que puede ir mal en L.A. Noire, tal y como he comentado al principio?
Carece de un hilo argumental conductor desde el principio hasta el final del juego. El formato de episodios autoconclusivos en el que se presenta el juego hace que nos perdamos, no tengamos sensación de avanzar y nunca sepamos cuanto nos queda para llegar al final. La ciudad es preciosa y enorme pero no hay nada que hacer en ella. Nada absolutamente. El sistema de juego es muy nuevo e interesante, pero es lento y se acaba haciendo monótono, aunque a veces nos cambien el ritmo metiéndonos alguna escena de acción…
Todos estos elementos se suman y nos generan una ligera sensación de desidia que va creciendo a medida que el juego avanza. El interés con el que afrontas las primeras misiones se va diluyendo y la mecánica se va haciendo más repetitiva. De todas formas, sin lugar a dudas, L.A. Noire es un gran juego que plantea muchas cosas nuevas y que sin duda, debería ser probado por todo amante de los videojuegos.