Como en años anteriores, y separándonos de la habitual tendencia de establecer ganadores absolutos durante el año que ya se extingue, hemos realizado una modesta recopilación de aquellos títulos que han pasado por nuestras manos –las de los autores de esta casa– y que permanecen por alguna buena razón en nuestras mentes o corazones, nuestros JuegOs Del Año, sus JoDA, o sus GoTY si ustedes lo prefieren.
Pueden aparecer aquí por ser un buen exponente en su género, o puede que por mostrar alguna clase de avance narrativo, o tal vez porque sea lo único que les haya llamado la atención lo suficiente como para perdurar en su memoria. Por tanto, en el siguiente listado no encontrarán un ganador, ni se trata de una justificación que implique que cualquier ausente no deba ser recordado, se trata de una defensa personal e intransferible de lo que representan para ellos.
Sin más preámbulo, les dejamos a solas con las defensas y argumentos de nuestros redactores. Esperamos que si encuentran un título injustamente ignorado defiendan el motivo de por qué debería haber sido mencionado y lo compartan con nosotros; estaremos encantados de leerles.
Julian Escrich Fajardo
Ys: Memories of Celceta (PS Vita, PC)
Es una lástima que una de las sagas con más solera en el subgénero Action RPG no cuente con la fama que merece en occidente, y lo es porque juegos como la última entrega aparecida en Playstation Vita puede terminar pasando sin pena ni gloria, cuando en realidad es uno de los mejores títulos en su catálogo. A nuestra disposición tenemos un inmenso mapa que explorar con varios secretos que desentrañar, misiones secundarias con las que darle más vida a la partida y profundizar en los personajes secundarios, un sistema de combate frenético y con suficiente variedad de movimientos, y, sobre todo, una sensación de aventura que nos acompaña desde que conocemos al amnésico Adol Christin en los compases iniciales de la partida, hasta que desaparece la última letra de los créditos finales.
Shin Megami Tensei IV (Nintendo 3DS)
Mucho hemos sufrido hasta que Atlus y Nintendo se pusieron de acuerdo para traer esta entrega a occidente. Mucho más por el polémico bloqueo regional al que la compañía de Kioto ha sometido a su última portátil. Afortunadamente, aunque no en las mejores condiciones, ha llegado Shin Megami Tensei IV y con él la experiencia de JRPG por turnos más incómoda que he tenido la fortuna de probar.
Si bien la cuarta entrega de la saga Shin Megami Tensei no va a mostrarnos la quintaesencia de la originalidad ni la innovación en su sistema de exploración y combate, que sigue bebiendo de forma extrema del occidental Wizardry, sí que consigue que el jugador se plantee dudas éticas durante todo el avance. Todas las decisiones son duras y difíciles, y sus consecuencias molestas. Además, al contar con la compañía de tres voces de la conciencia a las que vas cogiendo cariño en el desarrollo de la trama, no sólo te preocupa el destino de tu personaje, sino el de tus acompañantes, pero tus decisiones nunca gustarán a todos.
Al final nos queda una experiencia JRPG que trasciende a su clasicismo para crear inquietud al jugador, haciendo que completar este juego no sólo nos deje la agradable sensación de haber completado un exponente del género, y que, además, nos ha permitido ser juez y parte de todo el desarrollo de la trama.
Murasaki Baby (PS Vita)
Los terrores infantiles son un filón para la representación artística. En buenas manos puede dar para crear ambientes y personajes a medio camino entre lo entrañable y lo terrorífico. En Ovosonico tienen muy buenas manos. Pero no sólo tienen buenos artistas, sino que además saben cómo explotar las virtudes de una Playstation Vita, y nos ofrecen la mejor experiencia táctil que se ha visto hasta el momento en la consola. Desde la inmersión que da llevar literalmente a nuestro personaje de la mano, hasta la activación de los distintos poderes especiales de los escenarios con los paneles traseros o el giroscopio. Puede pecar de breve, pero no deja de ser una experiencia entrañable que demuestra el buen hacer del estudio italiano para aprovechar las virtudes que presenta la consola portátil de Sony.
Jaime Parada Vila
Shovel Knight (Playstation 3, Nintendo 3DS, Wii U, PC)
Cada año que pasa cada vez tienen mas relevancia los videojuegos de origen indie y, como no podía ser de otra manera, la influencia de lo retro está más que patente en una buena parte de esos títulos. El problema se encuentra en el hecho de que tal avalancha de juegos con corte clásico por motivos de moda, está provocando que la originalidad empiece a flojear –teniendo en cuenta todo lo original que puede ser un videojuego verdaderamente retro– y veamos repeticiones flagrantes. Durante todo este año 2014, muchos videojuegos de este tipo estaban formando un gran cúmulo de medianía que fue arrasado por el Shovel Knight de Yacht Games.
¿Originalidad? Quizá no, pero Shovel Knight es toda una tesis de como recolectar lo mejor de los recuerdos de toda una vida jugando de sus programadores y plasmarlo sobre un único de videojuegos. Un simple plataformas bidimensional se convierte en algo mucho más complejo si le damos tintes de RPG con subidas de nivel, si le dotamos de un control fluido y ajustamos la dificultad lo necesario para que sea apto para los jugadores de hoy en día, pero con retos, mecánicas y patrones del pasado se convierte en un videojuego intrépido de acción.
Juegos como Golden Axe, Duck Tales, Megaman, Rastan Saga, son solo algunos de los títulos que Shovel Knight evoca, ya sea en su sistema de juego o en divertidos interludios de homenaje. Todo esto pincelado con una estética retro de 8 bits de estilo desenfadado, que recuerda poderosamente al usado en el videojuego de Scott Pilgrim, y una banda sonora que nos trae los beepers en toda su gloria directamente al siglo XXI.
Ramón Nafria Nagore
Transistor (PC, Xbox 360, Playstation 3)
El bello Bastion fue la primera obra que nos dejó entrever lo que eran capaces de hacer Supergiant Games, aunque para algunos no dejó de ser un «más de lo mismo». Por suerte, con este Transistor el equipo ha arriesgado más que entonces, se quitó todo tipo de acuerdo con editora alguna, y se lanzó a la aventura de desarrollar un título que, si bien, tiene cierta similitud con su primera creación –mismo sistema de desarrollo, perspectiva, voz en off narrando la historia–, es diferente en casi todo lo demás. Desde su protagonista, pues ahora es una cantante sin voz de armas tomar, hasta su sistema de combate, que vendría a ser una mezcla entre Devil May Cry y Baldur’s Gate –si es que eso posible–, pasando por una banda sonora que nos hace pensar en historias realmente adultas e interesantes. Uno de los ignorados del año por las grandes masas, y sin duda alguna el que más atractivo me parece de todos los que he jugado.
Hyperdimension Neptunia Re:Birth 1 (PS Vita)
El primer Hyperdimension Neptunia fue un desastre que no se salvaba ni por el arrollador carisma de sus personajes e historias. Por suerte en la segunda parte, tal vez influidos por el veterano Keiji Inafune, decidieron ponerle arreglo, y quedó una entrega mucho mas atractiva. Para acabar de arreglar la faena ha aparecido esta versión mejorada de la primera parte para Playstation Vita (y el año que viene para PC), que incluye los arreglos de la segunda, adaptada a la portátil de Sony y con otros cambios. Y sinceramente, es el juego con el que mejor me lo he pasado en todo el año.
Es cierto que hay que dejarse engatusar por unos personajes construidos por y para japonófilos, pero una vez superado ese trámite nos encontraremos con un JRPG enorme, con un montón de personajes y escenas divertidísimas, una barbaridad de homenajes al videojuego, además de un aspecto técnico y musical bastante cumplidor. Lo dicho, yo me lo he pasado pipa durante todas las horas que me ha durado… Y vaya final, amigos míos.
Lionheart Tactics (iOS, Android, PC)
Que «Los Free To Play son el mal» es algo que solemos decir muchos de los que llevamos un montón en esto de los videojuegos, y que yo mismo digo en alguna ocasión. Y ocurre hasta que unos americanos te plantan una especie de Fire Emblem descargable de manera gratuita para móvil o tableta, y le ponen una barbaridad de contenido, de manera que no te puedes despegar de él más que cuando, alabado sea el señor, acaban con los miembros de tu banda y tienes que dejarles descansar unas horas. Sesiones que pueden prolongarse durante meses, hasta que deciden hacer un cambio en las reglas tras el que o pagas o no puedes avanzar. Pero para entonces puede haberse convertido en el juego al que más tiempo le hayas dedicado este año y, en mi caso, el que más te haya obsesionado mientras no lo jugabas.
Astebreed (PC)
Dicen que los matamarcianos están muertos pero recientemente un grupo de alocados japoneses ha creado uno protagonizado por un robot, repleto de gráficos escandalosos, diferentes giros de cámara, y tres tipos de ataques –normal, autoapuntado y cuerpo a cuerpo–. Su historia tiene un estilo y varios puntos en común con la del manga Neon Genesis Evangelion, pero con un aspecto más amateur. Un conjunto que lo convierten en uno gran matamarcianos canónico, y uno de los más espectacular, que se recuerda desde Jet’s n Guns. Una joyaza de la que sólo se ha hablado en determinados círculos, y a la que le ha afectado más la falta de medios dedicados a su promoción que una falta de su innegable calidad.
Monsters Ate My Cake (iOS, Android, PC)
Juegos de puzles con perspectiva cenital conocemos un montón desde Sokoban, pero desde las diferentes aventuras de Lolo no recordamos algo tan bien hecho, tan bonito y tan para todos los públicos como Monsters Ate My Cake. Posiblemente, el único capaz de disputarle el trono este año al tremendo Kirby: Triple Deluxe aparecido para Nintendo 3DS, con la diferencia que en esta ocasión hablamos de un juego para móviles, tabletas y ordenadores personales. Bajo una premisa tan sencilla como la desaparición de la tarta de un niño por parte de una pandilla de monstruos nos encontramos con un viaje hacia lo más profundo de la imaginación de un rapaz buscando, no sólo su preciado postre, sino también seres queridos como su entrañable perro salchicha. Un juego muy sencillo, pero realmente fantástico en su forma, fondo y diversión.
Alejandro Dobeson
Danganronpa 1 & 2 (PS Vita)
Sin duda este año 2014 ha estado cargado de grandes noticias para los fans de las aventuras niponas –o, como a algunos les gusta llamarlas, novelas visuales–. En un lapso de tiempo de apenas seis meses hemos recibido Danganronpa 1 & 2, ambos para la PS Vita, llenando de gozo los solitarios corazones de la abandonada consola de Sony. Dejándonos de florituras, si aun no conoceis a Monokuma, permitidme que os lo presente. Monokuma es un adorable bichillo –que, casualmente, comparte actriz de doblaje con Doraemon– que parece vivir por y para la desesperación. ¿Y cual es la mejor manera para hacer florecer este sentimiento? Pues… cojamos un montón de chavales de instituto, encerremoslos en la escuela, tapiemos puertas y ventanas y pongamos un montón de cámaras por todos lados, al más puro estilo Gran Hermano. Y como buen pseudo-reality, está claro que algo hay que hacer para fomentar el conflicto, ¿qué os parece si tan sólo dejamos escapar al chaval que sea capaz de matar a alguno de sus compañeros y que no le pillen con las manos en la masa? Por si nos parece poco, el segundo juego se basa en la misma premisa, pero poniendo esta vez de telón de fondo una paradisíaca isla tropical y crímenes aun más espeluznantes. Si, de acuerdo, como todo material nipón abusa ligeramente de los tópicos, y si no domináis el idioma de Shakespeare no tendréis por donde meterle mano, pero creedme, merece la pena enrolarse en la academia Hope’s Peak y desentrañar el misterio de Monokuma y nuestros psicóticos compañeros de clase.
Una historia apasionante, que ha dado tanto de si como para propiciar la creación de un anime –si bien no os recomiendo su visionado–, varias novelas ligeras, y en el futuro, aun más juegos que esperamos acaben llegando a nuestras fronteras. Si sois poseedores de una PS Vita y amáis las buenas historias, o si habéis tenido contacto con el abogado más famoso de Capcom, no os podéis permitir el dejar pasar este título. Eso si, sed buenos y empezad por el principio, lo valoraréis mucho más.
Profesor Layton vs Phoenix Wright: Ace Attorney (Nintendo 3DS)
2014 ha sido también el año en el que nos hemos despedido oficialmente del entrañable profesor Layton, la inesperada mascota de Nintendo tras el fin de la moda de los juegos tipo «Brain Training«. Y, sinceramente, no existe mejor final que el conseguido por el equipo de Shu Takumi, creador original de Phoenix Wright, en colaboración con Level 5. El título en realidad tiene mucho más de los juegos del Profesor Layton que de la saga Ace Attorney, con puzles por doquier y su manera de interaccionar con el entorno, pero poco importa una vez empezamos a disfrutar de su fantástico y divertidísimo guión. El juego consigue de manera envidiable combinar ambos estilos, basándose en sus fortalezas y complementando sus debilidades, para darnos una historia tierna, redonda y apasionante, si bien no está exenta del clásico deus ex machina al que son tan dados en Level 5. Sin duda, es un detalle ligeramente decepcionante cuando lo más increíble en los Phoenix Wright es, precisamente, que hasta lo más inverosímil acaba teniendo una explicación totalmente lógica y plausible, pero no hace desmerecer al juego en ningún momento. Todo con los textos traducidos e incluso doblados al castellano con voces del nivel de Alfonso Vallés. Sin duda, Nintendo nos ha hecho un regalo para nuestras 3DS que no debéis dejar pasar.
En definitiva, los fans del arqueólogo Layton encontrarán en este juego una recopilación genial de puzles y una bonita despedida, además de la ya vivida en El Legado de los Ashalanti, y los amantes del abogado más conocido de los videojuegos encontrarán en este título el ansiado reencuentro entre Phoenix y Maya, además de una aventura mucho más divertida y trepidante que el decepcionante Phoenix Wright 5. ¡Ah! y sin Mary Sues de por medio, sin eliminar ni un ápice de interactividad en las investigaciones, ni añadidos tontos a los juicios que a la postre poco aportan y en formato físico –y repito, ¡en castellano!–. No cometáis el error de infravalorar a este juego por no formar parte de la «saga» principal, ni por el bajón de calidad sufrido en la de Capcom.
Carlos Jürschik
The Samaritan Paradox (PC)
Sí, de acuerdo, en 2014 sacar otra aventura gráfica con el motor de Adventure Game Studio, en baja resolución, intentando invocar a los clásicos y demás empieza a oler a rancio, pero no olvidemos que no todo es nostalgia y a veces hay muy buenos juegos.
Junto con la última entrega de la saga Blackwell, The Samaritan Paradox ha sido la aventura clásica más satisfactoria de este año y, en mi opinión, bastante por encima de las «nuevas» aventuras de Telltale, de Gone Home y demás juegos sobreexpositivos. ¿Por qué? Porque cuida lo más importante en estos juegos: el diseño, la escritura y la narración, perfila a los personajes muy poco a poco, narra a diversos niveles y con una agradecida dosis de simbolismo que no se veía desde Sanitarium y The Whispered World, y los puzles nunca son excesivos ni sorprenden por su dificultad. La historia de un aficionado a la criptografía que se ve envuelto en una búsqueda del tesoro metatextual resulta ser un enigma fascinante, un buen estudio de personajes, y un juego tan disfrutable en su inmersión y dosificación que merece ser parte de nuestros JODA.
Alicia Guardeño
Hearthstone (PC, iOS, Android)
No es el primer juego de cartas coleccionables en línea –ahí tenemos al lóngevo Urban Rivals–, tampoco se puede decir que sea innovador o el mejor en cuanto a variedad de cartas y mazos –Might & Magic: Duel of the Champions es uno de los más completos y similares a los juegos físicos de cartas–, y existen otros miles de juegos cada uno con temáticas y mecánicas de lo más variopintas.
Sin embargo, a diferencia de todos los juegos del mismo género, este se ha implantado con gran rapidez entre la mayoría de jugadores sin importar la edad, preferencias o dedicación. ¿El por qué? Dejando de lado el evidente aliciente de provenir de World of Warcraft y Activision-Blizzard, Hearthstone ha demostrado poseer una curva de aprendizaje rápida y una mecánica de juego sencilla que, sin embargo, no la exime de poder generar combates complejos sin perder en ningún momento su agilidad.
Hearthstone puede ser lo sencillo o complejo que los jugadores quieran, tanto para el que solo dispone de veinte minutos al día como el que se dedica a la competición más alta de los e-Sports. Y cualquier juego capaz de recuperar a los jugadores veteranos de Magic: The Gathering y aunarlos con nuevas generaciones de jugadores sin dañar la jugabilidad, es digno de ser mencionado como juego del año. Esto no significa que sea perfecto, pero al ser uno de esos juegos que van mejorando con el tiempo, es más que probable que las carencias juego se vayan limando.
Javier Cadenas
The Blackwell Epiphany (PC, iOS, Android)
Cierre y colofón de una saga crucial para entender el movimiento independiente de la aventura gráfica. Comenzó con Bestowers of Eternity, una entrega amateur de la que su autor, Dave Gilbert, abomina. Después de The Shivah, una de las aventuras mejor escritas en lustros, Gilbert rehizo Bestowers of Eternity sobre la misma premisa, pero con un diseño de juego que no sonrojaba. Comenzó así el reinado de Wadjet Eye Games como punta de lanza del desarrollo y la producción independiente de aventuras. Cuatro entregas después, The Blackwell Epiphany sublima lo mejor de la serie en un solo título, el más redondo, el más pulido en diseño, el más atractivo en lo audiovisual y el más completo en lo narrativo. Y la finaliza cerrando la historia como se merece. Puede que, por separado, las aventuras de Rosangela Blackwell y Joey Malone –de las que hemos hablado mucho en VideoShock– no sean sobresalientes. Pero cada una de ellas inspira en el jugador las sensaciones (o los recuerdos) de lo que es y debe ser una aventura gráfica. Tomadas en conjunto, son imprescindibles. The Blackwell Epiphany es la mejor aventura del año.
Jose Antonio Herrera
Wolfenstein: The New Order (Playstation 3, Xbox 360, PC)
En una época en la que los first person shooters están saliéndonos por las orejas, llena de Call of Duty, Halo, Medal of Honor y demás moderneces, llega por fin un titulo, que junto con el maravilloso Shadow Warrior de Flying Wild Dog, nos trae lo mejor del genero en su época dorada, los 90. Vuelve la salud que no se regenera, recuperamos los argumentos ligeros y volvemos a hacer el cafre en un juego no carente de una ambientación impresionante, en un mundo dominado por el Tercer Reich, con perros blindados, nazis con armas láser y mucha mala sangre. Podría ser mejorable en algunos aspectos, como falta de variedad en su armamento, pero si queréis volver a matar nazis y descargar adrenalina sin preocuparos por nada mas, este es vuestro juego. ¡Que viva Machine Games!
Victor Navarro Remesal
Silent Hills, Playable Teaser (PS4)
Más allá de la promesa de un regreso triunfal de Silent Hill –esta vez sí, como siempre– y de la hábil estrategia de márketing, P.T. más que una demo es una obra completa a tener muy en cuenta. Experimental, valiente, compacta y, sobre todo, diseñada para ser analizada con atención obsesiva. Todas las claves de la saga están ahí: el espacio cotidiano convertido en siniestro, la memoria y la identidad, el doble, la impotencia como fuente de terror, el sonido como principal enemigo, y además combinadas con lo mejor de esa tendencia tan en boga y tan cuestionada que es el walking simulator. P.T., con su poco más de una hora de duración, se mete en nuestras cabezas y juega hasta con nuestra percepción de la frontera entre juego y realidad –hay más de una ruptura de la cuarta pared brillante, como tanto le gustan a Kojima– y hace buena aquella promesa que nos lanzaba Silent Hill: Shattered Memories: «este juego juega contigo tanto como tú con él».
Monument Valley (iOS, Android)
Monument Valley, «aventura ilusoria de arquitectura imposible y perdón», es un juguete perfecto, un diorama que tocar y manipular con asombro infantil, una caja de emociones sugeridas. Siendo así, qué más da que no se moleste en ofrecer reto y libertad: jugar también es esto. Si los grabados de Escher desmontaron el espacio y el cine el tiempo –Tarkovsky decía que filmar era «esculpir el tiempo»–, obras como Braid, Portal, Fez, Echochrome o este Monument Valley prueban que el videojuego puede reconstruirlos como ningún otro medio.
South Park: La vara de la verdad (PC, Xbox 360, Playstation 3)
Los juegos licenciados están en un momento feliz. Ahí andan la saga Batman: Arkham, Alien Isolation o este South Park: La vara de la verdad, dejándonos recorrer nuestros mundos de ficción favoritos y, lo más importante, haciéndonos jugar según sus claves éticas y estéticas. No se trata de cambiar los personajes de un RPG cualquiera y añadir un par de chistes: La vara de la verdad sólo podría ser un juego de South Park. A mí, que se me escapan las complejidades del género, ningún RPG me había hecho disfrutar tanto desde Paper Mario: La puerta milenaria. Es variado, ágil y con incontables toques de genialidad, como convertir nuestra obsesión con las redes sociales en dinámica jugable –¡a ver qué otro juego hace un comentario tan trabajado sobre Facebook!–. La vara de la verdad se ve y se juega como una temporada extra de la serie: va a ser que el transmedia era esto.
Threes
La ordenación del movimiento es el placer más inmediato de los videojuegos: yo hago esto y la máquina me devuelve imágenes y sonidos articulados según mi comportamiento. Saltar en un Super Mario, colocar piezas en Tetris o lanzar burbujas en Puzzle Bobble son placeres en sí mismos, tan grandes como ganar o conseguir un récord. La prueba del acierto de Threes está, precisamente, en adueñarse de una manera de movernos, muchos somos incapaces ya de deslizar cosas en nuestras pantallas táctiles sin pensar en cartas que se juntan. Si cuando están viendo su feed de Twitter les extraña que los tweets no se combinen, el diagnostico es claro, son ustedes presas del efecto Threes.