Los videojuegos han supuesto un incremento en la velocidad de respuesta (por el sinfín de movimientos que se realizan con los mandos, ratones y demás) e incluso en la agilidad mental. Además, con algunos videojuegos podemos entrenar y mejorar nuestra visión periférica.
Sin embargo, siempre hay una vocecilla (a veces más) que señala a los videojuegos como una de las causas de porqué los adolescentes desatienden sus obligaciones y dedican una gran parte del tiempo en las consolas. Lo que ignora esa voz es que aquellos videojuegos que se clasifican como “violentos”, “absurdos” y “sinsentido” tienen un trasfondo inimaginable. Muchos son los videojuegos que, en vez de basarse en un contexto ficticio, se sitúan en algún momento histórico para establecer la sinopsis de la entrega.
Para empezar, hablaremos de aquellos que la mayoría considera violentos. Cierto es que los juegos de disparos (ya sean en primera o tercera persona) no dejan mucho lugar a pruebas de lógica. Y más si su contexto es una guerra en la que exterminar al enemigo suele ser el objetivo. Aún así, hay muchas veces en las que es necesario mirar más allá.
Pongamos por ejemplo las sagas de Medal of Honor y Call of Duty. Ambas han cosechado un éxito envidiable y su rivalidad es de sobra conocida. Y es que las comparaciones son odiosas, porque ambos han ambientado la mayoría de sus entregas en la Segunda Guerra Mundial. Tal es la precisión con la que lo han hecho que podemos conocer casi de primera mano como fue el Día-D, también conocido como el desembarco en la playa de Omaha (Normandía).
Call of Duty 2 parece una enciclopedia de historia hecha videojuego. En él podemos formar parte del ejército soviético donde revivimos la Batalla de Moscú, donde los soldados de la Alemania nazi intentaron tomar la ciudad (con nefastos resultados para los simpatizantes del Führer). También podemos formar parte de los británicos jugando en las batallas del Frente Norteafricano, destacando por ejemplo la Batalla de “El Alamein”. Aquí la disputa se basaba en lograr el punto estratégico que era el Canal de Suez y los numerosos pozos de petróleo de la zona. Y como ya se ha dicho, en el bando estadounidense con batallas como la de Normandía o la Operación Plunder. En esta última el objetivo era atravesar el rio Rin junto a soldados británicos para llegar hasta los alemanes que se encontraban en la ribera opuesta. La victoria fue nuevamente para los aliados.
Como decía, ambos videojuegos tratan la Segunda Guerra Mundial y como mucho se trasladan a la Guerra Fría (Call of Duty: Black Ops) o incluso al conflicto de Irak. Este último, llevado a cabo por Medal of Honor, ha sido muy criticado. En el modo individual pretendía dar la oportunidad de jugar como talibán, pero el aluvión de críticas le forzó a eliminarlo y pasar a denominar a los enemigos “The Opposing Force”.
A estas alturas nos asalta una duda: ¿por qué existe un vacío hacia la Primera Guerra Mundial? (Si, aquella llamada “La Gran Guerra” cuando se pensaba que el ser humano no tropezaría dos veces con la misma piedra).
Como bien explica Fabrizio Ferri-Benedetti en su blog, la primera Guerra Mundial fue básicamente una guerra de trincheras: cierto es que también habían ametralladoras, armas químicas, submarinos, tanques y aviación. Pero el combate cuerpo a cuerpo aún suponía un exponente importante que la Segunda Guerra Mundial olvidó al perfeccionar la aviación y las bombas.
También, en el segundo conflicto la guerra se cernía sobre las ciudades que quedaron destrozadas, mientras que en la primera era más un terreno de nadie en el que se instalaban las kilométricas trincheras. Otro punto importante es el motivo: la Gran Guerra nació a raíz de del afán por conseguir tantas colonias como fuese posible, mientras que en la segunda hay objetivos más claros.
Y no olvidemos que los americanos no participaron en el primer conflicto bélico, siendo que en el segundo salieron victoriosos de casi todos los encuentros. Por esto, si una gran potencia como son los EEUU no hace juegos porque no puede acaparar protagonismo alguno, pocos asumirán ese reto.
Pero aún podemos ir más lejos. Uno de los videojuegos que más éxito está cosechando en la actualidad es la saga de Assassin’s Creed. Este tipo de visión de la historia es distinta a los casos anteriores. Mientras en los conflictos bélicos el realismo es la base de todo, en este juego puede combinarse la historia y la ficción. En Assassin’s Creed: La Hermandad, Ezio debe enfrentarse al poder de los Borgia y los templarios a medida que resuelve las misiones que se le encomiendan. Es posible que a muchos ya no les suene de las clases del instituto, pero los templarios fueron el ejército de la iglesia cristiana que participaron en las cruzadas.
Sin embargo, aquel que nos asegurará más precisión histórica es el próximo Assassin’s Creed Revelations. En esa entrega conoceremos más sobre la antigua Constantinopla y los otomanos. Este era un pueblo turco que conquistó todo territorio que había a su alrededor. Así los bizantinos, se convertían poco a poco en una minoría.
En el juego nos encontraremos en medio de la disputa de la corona del trono otomano donde los dos hijos del Sultán Bayaceto II desean el puesto. Tanta era su ansia de poder que uno llegó a asesinar al otro. Algunos de estos personajes no se verán en la entrega, pero oiremos hablar de ellos a los protagonistas (como es el caso del Sultán). Otros, como sus hijos, si que tendrán personaje: Selim I (el asesino y sucesor) y Ahmed serán relevantes en la trama.
Si esta dosis de conocimiento no fuese suficiente, los espacios en los que sucede el videojuego están cuidados al detalle. Un simple vistazo a la catedral de Santa Sofía de la actual Estambul sirve como prueba.
Finalmente, hay que desmentir una idea. Según se ha visto, parece que solo las grandes empresas pueden hacer videojuegos que sean reflejos fieles de lo que pasó en algún momento determinado. Como curiosidades se destacan dos videojuegos: el primero, JFK Reloaded, nos relata el asesinato del presidente John F. Kennedy. Este juego se puede descargar por 10$ y en él nos convertimos en Lee Harvey Oswald (acusado del asesinato). Las únicas instrucciones que recibimos son: «¡Concéntrese y piense como un francotirador!».
El segundo es el más reciente de ambos. Tras el asesinato de Osama Bin Laden, la empresa Kuma Games tardó solo seis días en añadir esta misión al juego gratuito Kuma War 2 que puede descargarse por internet. En él, seremos un SEAL (un comando de la élite de la marina norteamericana) y participaremos en la operación Gerónimo para terminar con el terrorista más buscado de la historia de los EEUU.
Este análisis podría seguir hasta el infinito. Muchas empresas optan por ambientar sus videojuegos en hechos reales ya que así pueden llegar a impactar más que si crearan una situación ficticia. Además, así ya no pueden recriminar que los videojuegos quitan tiempo de estudio…
Realmente los vidoejuegos «utilizan» la historia en muchos casos para ambientarse, pero ese «uso» tiende a derivar en imprecisiones, exageraciones o directamente invenciones, y eso es un tema bastante importante a la hora de hablar de «videojuegos e historia». Sobre todo si metemos su aprendizaje en la ecuación.
No veo demasiado aprendizaje en Medal of Honor, por ejemplo, solo generalidades y escenas falsas (La escena del desembarco que comparte con Salvar al Soldado Ryan. Las ametralladoras alemanas no tenían a tiro las barcazas), que quedan bien dentro del contexto, pero que no hay que confundir con loq ue pasó de verdad.
Veo un «juego histórico» como muchas «novelas históricas» que se basan en acontecimientos reales para contar su ficción, y de la misma forma, a mi en más de una ocasión me ha servido un juego ambientado en algo histórico para interesarme por el hecho real, como puede pasar con un libro, una película o una serie (Boardwalk Empire viene a mi cabeza automáticamente).
Y sobre la primera guerra mundial, un apunte porque EEUU si intervino en ella (Hundimiento del Lusitania, según refresco lo que había leído vía wikipedia).
Yo solo digo que mis exámenes sobre el imperio romano de la ESO me los saqué jugando a la saga Imperium