A veces me resulta extraño saber la razón por la que algún juego es analizado y seguido de manera masiva y otro no. En el momento en que vi por primera vez Wyv and Keep, me vi atraído de manera irredenta por su aspecto retro, por su modo cooperativo, y por un humor que se le presuponía, y que sin duda tiene. En cambio, en el momento de juntar estas letras, no hay ningún análisis en su apartado de Metacritic, ya sea en el apartado de usuarios, o en el de analistas profesionales.
La gente de Jolly Corpse lleva haciendo juegos independientes desde más allá de 1999, cuando eran estudiantes, jóvenes, ilusos, se hacían llamar Fallen Angel Industries y hacían sus juegos en Klick&Play u otros sucedáneos. Entre sus miembros de hoy en día se encuentran el destacable Joakim Sandberg, ahora conocido como Konjak y en sus tiempos de Fallen Angel ZeroTau. Otro de ellos fue el conocido como Hamish, que acabó colaborando con Moonpod, creadores de Starscape y Mr Robot. Pero la base del equipo la forman Jesse Bull (al que también le ha dado por la escritura) y Beau Langston, a los que se añade David Walton para acabar de dar forma a A Jolly Corpse. Por tanto el presente Wyv and Keep es su segundo juego, lanzado bajo este nombre tras Smash Box (una mejora sobre un juego que hicieron en la época de Fallen Angel).
Y toda esta experiencia se nota, y mucho, en Wyv and Keep. Se trata de un juego que básicamente es un Sokoban superlativo y cooperativo, uno en el que una vez lo juegas puedes encontrar muchos más detalles de los que se espera del clásico juego de mover cajas. A lo largo de sus sesenta niveles, divididos en varios tipos de decorados, el juego oculta muchas sorpresas. La primera es el sentido del humor que impregna cada detalle. Desde los gestos que vemos al tener quietos un rato a Wyv y Keep hasta las cartas que se encuentran a lo largo de la partida, y que leen con detenimiento, pasando por las múltiples maneras que tenemos de morir (lloros incluidos del superviviente).
Respecto a los pequeños detalles en la mecánica que se van añadiendo poco a poco, veremos cómo al inicio únicamente será posible mover cajas para abrir la puerta de salida de cada nivel pero conforme avancemos la partida podremos usar bombas, cortar cuerdas, encontraremos distintos tipos de interruptores. Detalles distribuidos con una cadencia más que interesante.
En el modo para un solo jugador usamos a ambos personajes a la vez, y aunque recuerda al clásico The Lost Vikings con un nivel a golpe de vista, el multijugador ofrece una experiencia más disfrutable. Al contrario que en una partida en solitario, en el modo cooperativo un jugador maneja a Wyv y el otro a Keep. El título permite el cooperativo en línea desde el ordenador, ya sea con Linux o Windows, pero aún no funciona correctamente. Al menos, y mientras lo arreglan, siempre nos quedará el acceder a este modo en local.
Sólo puedo añadir un comentario negativo, uno muy personal además, y es que se eché en falta un poco de acción a lo Bubble Bobble o Snow Bros. Al final podemos acabar con ciertos enemigos usando la dinamita que nos encontremos, y hay otras sorpresas, pero básicamente el juego es superar puzle tras puzle, y hacerlo del tirón, sin nada entre medias que alivie un poco tanto calentamiento de seso, puede ser algo indigesto.
Supongo que a largo plazo la gente acabará hablando más de Wyv and Keep, especialmente si aparece en la famosa tienda online de Valve o da el salto a otras plataformas, pero mientras tanto os recomiendo que le deis un tiento a este interesante juego de puzles con un toque arcade.
buena pinta