Sin desmerecer al juego del vídeo: Creo que lo que hacía grande al Mario no era sólo su bigote y las bolas de fuego, sino sobre todo la jugabilidad, ese control con la inercia exacta, equilibrada en la balanza del desafío y la frustración. Parece que el control de este juego, a simple vista, es bastante más… seco. No quiere decir que por ello no sea divertido, pero si intentan homenajear, copiar, clonar, basarse en, imitar – Mario, tiene pinta de que les queda un trecho 😀