Hace ya unos cuantos años leí en la edición patria de Edge Magazine un artículo titulado algo así como ‘Tienes 60 segundos‘ y en el que se hablaba de la importancia en los videojuegos de algo ya señalado a mediados del siglo pasado por Billy Wilder con respecto al cine: que una película debe comenzar con un terremoto, y de ahí seguir siempre para arriba. Una lección que muchos desarrolladores intentan obviar a golpe de tutorial y de vídeo introductorio, pero que, por fortuna, otros muchos recuerdan y aplican con esmero, intentando utilizar esos primeros instantes como promesas de sorpresas por venir, agarrando al jugador muy fuerte de la pechera desde las primeras pantallas para convencerlo de que el mundo en donde está dando sus primeros pasitos merece su tiempo y su dedicación. (más…)
Rapture empieza aquí
Regreso al futuro
Leo que la semana pasada llegó a Android e iOS un port con el estupendo Another World, un imprescindible del software francés de principios de los noventa que, aunque debutó en Amiga, al final acabó teniendo una versión para casi cada cacharro de la época. El nacimiento de este juego se lo debemos exclusivamente a la figura de Eric Chahi, hombre orquesta que trabajó sólo durante dos años para levantar un proyecto en el que estuvo libre para hacer y deshacer lo que le dio la real gana, dando como resultado un título altamente singular, al que era tan complicado sacarle referencias (o casi, la sombra de Jordan Mechner es alargada) que alguien podría haber pensado que lo había traído directamente del futuro. (más…)
Masa crítica, mis problemas con Mass Effect
La británica Edge Magazine ha publicado en sus números de febrero y marzo un reportaje dividido en dos partes que, bajo el título The Untouchables, intentaba buscarle las cosquillas y señalar las taras a sacrosantos títulos del medio, desde Grim Fandango a Super Mario Galaxy pasando por Rez o Half-Life 2, en un ejercicio que tiene poco de boutade y mucho de situarse en una nueva perspectiva desde la que comprender mejor el impacto y las virtudes de esta serie de juegos imprescindibles.
Les cuento esto porque, aprovechando el reciente lanzamiento de Mass Effect 3 y uniéndome a los fastos que esta santa casa piensa dedicarle esta semana a la trilogía de Bioware, mi intención es hacer algo parecido con esta space-opera que, salvo detalles, no ha hecho más que recibir parabienes por parte de crítica y público quienes lo han elevado a los altares de los mejores juegos de esta generación de consolas.
Aunque en realidad no podré realizar un ejercicio del todo igual al de la revista inglesa porque este tipo de análisis debería partir de la admiración y mis varios problemas con las aventuras de Shepard, la Normandía y los segadores siempre han hecho que no pudiera compartir por completo el entusiasmo con la que cada nueva entrega es recibida. (más…)
Hacer historia
Antes de que empiecen a leer tengo que advertirles que este post contiene altos niveles de ‘no-me-beso-porque-no-llego’, grandes concentraciones de winning mood por párrafo y hasta un 75% más de auto-caricias en el lomo. El motivo es que la semana pasada completé, uno detrás del otro, los tres juegos clásicos de Ninja Gaiden para NES, una serie de plataformas de acción aparecidos entre 1989 y 1991 que han pasado a la historia del medio por su atractiva estética ninja exploitation, por sus melodramáticas cut-scenes y, sobre todo, por conseguir que un nivel de dificultad propio de los doce trabajos de Hércules no solo no se sienta como una característica injusta o gratuita, sino que se convierta en uno de los grandes aliciente para jugarlo y rejugarlo.
A lo mejor para ustedes este logro no es para tanto. “Pffff Pablo, yo el Ninja Gaiden me lo pasé mientras chateaba con mi primo por Whatsapp”. “Bah, yo me cargué al final boss del segundo juego en el descanso de un Barça-Madrid”. “Meh, el tercero es tan fácil que lo terminé con PornoTube de fondo”. Tal vez ustedes sean auténticos jedis del control pad, pero para mí, que nunca subo el nivel de dificultad por encima de ‘normal’, el completar la trilogía de Tecmo sin ninguna trampa ni ayuda del F5/F8, se eleva a categoría de hazaña mitológica. Una proeza que, de ser más atrevido, me tatuaría en un pie. (más…)
Controles de masas y la horda interminable
Si he aprendido algo en el poco tiempo que llevo escribiendo sobre videojuegos es que existen un porrón de profesionales y aficionados que tienen más capacidad de análisis y un mayor talento redactando del que yo podré tener en veinte vidas. Es más o menos normal que después de publicar algún post o artículo sobre un juego, al día siguiente alguien que domina mucho más sobre el tema y que sabe expresarlo con mayor lucidez aparezca con un texto similar debajo del brazo y me deje hundido en la miseria. Escribir de videojuegos; esa actividad de riesgo. (más…)
Caballos y batallas, Agro en Shadow of the Colossus
Este fin de semana he podido ver y disfrutar de War Horse, el último y vigoroso film de Steven Spielberg que cuenta la historia de amistad entre un adolescente y su caballo, desde que lo cría y lo enseña a arar en su granja de Inglaterra hasta su reencuentro años más tarde en una Europa en plena I Guerra Mundial. Una película que después de las hiperkinéticas Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008) y Las Aventuras de Tintín (2011) supone la vuelta del director a un terreno que también ha demostrado dominar con habilidad: el de una emotividad que algunos podrán criticar por ingenua y almibarada, pero a la que no se puede negar su sinceridad. Un auténtico search & destroy al corazoncito de un espectador al que se golpea bien duro con una historia impecablemente contada. (más…)
Sobre Catwoman y la narrativa en Batman: Arkham City
De entre todos los aciertos morrocotudos con los que Batman: Arkham City puede presumir ante sus compañeros de promoción, el más infravalorado y menos comentado me parece el añadido de Catwoman. Es cierto que la política de Electronic Arts / Rocksteady de raptar al personajes para todos aquellos que no comprasen el juego precintado (¡como osan!) no haya sido la mejor tarjeta de presentación para esta nueva incorporación, pero si nos olvidamos de estrategias comerciales de dudoso gusto, la posibilidad de poder controlar al alter ego de Selina Kyle es uno de los highlights de la aventura y una idea que está pidiendo a gritos ser explotada en las más que probables secuelas de la serie Arkham. (más…)
Welcome to Moonside
Hay dos juegos de PlayStation 2 para los que tengo reservado un párrafo muy especial dentro de mi biografía como jugador. Ambos fueron desarrollados dentro de Konami a principios de la década pasada y no sólo duplican nombres y apellidos en los títulos de crédito, sino que además comparten varias características poco habituales dentro del medio. El primero de ellos es Silent Hill 2, un juego que camina siempre en el filo que separa lo real de la pesadilla, y el otro es Shadow of Memories, una aventura cuyo carácter espectral parece hacerla levitar unos centímetros sobre el suelo.
Aparte de sus muchas virtudes, lo que más me maravilla de estos dos títulos es cierto carácter hermético y el firme compromiso que ambos mantienen con lo inexplicable y lo misterioso, esa capacidad de hacernos sentir que estamos echando miradas furtivas a través de las grietas de lo real. Creo que por estos mismos motivos he disfrutado tanto de Earthbound (Mother 2 en Japón), un JRPG de Super Nintendo que encierra no pocos de estos momentos de delicioso desconcierto. (más…)
El radar de Alien Trilogy
Es probable que mi memoria me traicione, pero creo que mi historia de amor con las películas y el universo de Alien comenzó cuando llegó a mis manos una copia en VHS de Aliens, el segundo film dirigido por James Cameron. La cabeza se me desenroscó entonces como lo sigue haciendo ahora y a partir de entonces entendí que uno de mis objetivos vitales debía ser reunir tanta información como me fuera posible sobre la fascinante biología de esos letales xenomorfos, descubrir los detalles que rodearon la producción de las películas y, en general, acercarme con avidez a cualquier artículo relacionado con la franquicia.
Aquellos que consumimos con regularidad productos culturales de cualquier tipo, sabemos ya que las obsesiones compulsivas con libros, películas, autores, compañías o estilos, que desarrollamos a lo largo de nuestra vida, nunca nos abandonan del todo sino que se mantienen agazapadas en un rincón para, de vez en cuando, aparecérsenos de nuevo revigorizadas. (más…)