A principios de los noventa hubo un tipo de videojuegos que fue terriblemente popular, un tipo de juegos que permitía poner dos personajes enormes en pantalla y que se diesen mamporros mientras aparecían rayos y efectos de todo tipo. Fue un hito. El pistoletazo de salida lo dio Street Fighter 2 —su primera parte pasó desapercibida ante el público junto al resto de precedentes—, y todas las consolas de 16 bits se peleaban por tener el mejor juego 1 vs 1.
Pasaron por nuestras manos en consolas y, sobre todo, recreativos, además del mentado Street Fighter 2 y secuelas, títulos como Fatal Fury, The King of Fighters, Body Blows, Samurai Shodown o el archiconocido Mortal Kombat, además de los basados en propiedades intelectuales como Dragon Ball o Double Dragon, por nombrar algunos del inmenso elenco de juegos de este estilo. Hasta una estrella del baloncesto, como Shaquille O’Neal, tuvo su juego de lucha. (más…)