Deadpool, La Masacre de Highmoon Studios

El mundo del cómic y el de los videojuegos arrastran una relación muy fructífera, ya sea en el mal o buen sentido desde hace muchos años, habiendo sido trasladados al formato virtual desde Superman y Batman, como ejemplos mas famosos, hasta el personaje que nos ocupa. Porque no nos engañemos, a pesar de que ahora goce de mas relevancia (que tampoco tanta) Masacre es un personaje aun muy desconocido para el gran público.

Creado en los 90 por Fabian Nicieza y el odiado por tantos, como Rob Liefeld (a causa de su peculiar representación de la anatomía humana), el mercenario bocazas ha gozado de multitud de series y crossovers en los cómics e incluso una aparición bastante olvidable en el mundo cinematográfico (se rumorea que hay otra en camino). Es básicamente, para entendernos, una versión aumentada de Lobezno, con su poder de regeneración, habilidades de asesino consumado y mas loco que una cabra. Finalmente, los chicos de Highmoon Studios, subsidiaria de Activision y famosos por sus juegos del universo Transformers, han decidido darle por fin el videojuego que muchos esperábamos. Con todas sus consecuencias, por desgracia.

Masacre, Deadpool, Wade Wilson, como queramos llamarle, descansa apaciblemente en el estercolero que tiene por casa, cuando recibe una llamada de un contacto en Highmoon. Si lo pensáis estáis en lo cierto, el juego se basa en un constante vapuleamiento de la cuarta pared, y eso es uno de sus pocos puntos fuertes. El caso es que ese contacto le niega la posibilidad de crear un videojuego, debido a problemas de presupuesto, pero al poco rato recibimos un mensaje en nuestro contestador con un cambio de opinión y una mensajera nos trae el guión, ante nuestra mirada incrédula. Y ahí es donde comienza todo.

Tenemos ante nosotros un hack´n slash de los que hemos jugado a decenas, basado en combos y su combinación con armas tradicionales del personaje, con el añadido de habilidades y mejoras con coleccionables con un interés tan pequeño que todas las bromas que impregnan el título no harán que la cosa remonte en casi ningún momento. Los niveles tienen poca interactividad, los puzles que alargan la experiencia se basan en coñas que a ratos tienen gracia, a otros ninguna, y la repetitividad es nauseabunda en algunos momentos.

Esto no quiere decir que masacrar (nunca mejor dicho) enemigos no sea divertido, pero no levanta una experiencia jugable muy cansina, con un personaje muy desaprovechado. Si no sois fans del personaje os dará bastante igual casi todo lo que ocurre y si es el caso vereis que faltan muchas cosas. Hay multitud de habilidades que podrían haberse incluido, como el traje mimético que Wade utiliza tantas veces en los cómics, mayor variedad de armas, muchos mas personajes clásicos y no acudir al tan manido recurso de los dichosos clones. Porque si, podrían haberlo llamado Masacre: El ataque de los clones, y haberse quedado tan anchos.

Muchos leeréis esto y pensareis que el juego se ha diseñado así a propósito para darle un tono chusquero y ramplón, en consonancia con el personaje y su máxima de explosiones, todo muy grande, impactante, tetas y epicismo. No me malinterpretéis, se puede tener todo esto dentro de un producto que no saque de quicio al jugador pantalla tras pantalla, pero Masacre o Deadpool tiene checkpoints mal colocados, muchos momentos en los que no sabes a dónde tienes que ir, y objetos y armas que no tienen demasiada utilidad.

Al menos no todo es sombras en la experiencia Wilson. Hay momentos tronchantes, como la interacción loca con los elementos de la casa de Wade (el momento en el que se pone a cocinar miles de tortitas es glorioso, todo un guiño a uno de sus primeros cómics), y hay que destacar por encima de todos la parte en la que aparece Muerte, cuya relación con nuestro protagonista es algo que marca los cómics desde sus inicios. Este idilio esta reflejado muy fielmente y es de agradecer.

Lamentablemente, y cómo ya he dicho anteriormente, eso no arregla el desaguisado que ha montado Highmoon Studios. Masacre es un personaje muy carismático, que no calla ni debajo del agua, y la mayoría de chascarrillos que suelta van muy en consonancia con su espíritu. Puedo recomendarlo con reservas a los fans y a todos los amantes del humor loco. pero todos los demás deberían mantenerse lejos de él. Huid, aún estáis a tiempo.