Tal vez alguien recuerde el viejo experimento de Jenova Chen, Flow, o incluso es posible que aun tengáis por algún rincón de vuestras mentes las primeras pantallas de Spore. El concepto planteado en Grow es similar. En una pecera con diversos y variados habitats, un pequeño pez debe engullir a sus semenjantes más diminutos para así crecer y ascender en la cadena alimenticia. Pantalla a pantalla nuevos peces y objetos variarán la sencilla mecánica de juego. Bien acabado gráficamente y de sonidos poco molestos, nos permite disfrutar en dos niveles de dificultad y en un modo extra de “supervivencia”.
Cumple su función sin excesos, entretiene.
Debate
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