Stacking

Si algo hay que reconocerle a Double Fine, es que hacen juegos muy suyos. Cada título contiene una cantidad de personalidad enorme, y aunque tienen puntos en común (el exacerbado coleccionismo y el humor) cada obra es distinta de las demás.

Si Psychonauts fue una mezcla casi perfecta de plataformas y videoaventura, Brütal Legend fue un fantástico homenaje al heavy metal, y Costume Quest un canto de amor a la infancia típica estadounidense.

Con Stacking abordan un escenario espacio temporal tan fascinante como poco utilizado: El Imperio Británico de la revolución industrial, mezclándolo con las muñecas rusas (las conocidas Matrioskas). En Stacking manejamos a una de estas muñecas, el pequeño Charlie Blackmore, que ha visto como el malvado Barón ha secuestrado, de una manera u otra, a toda su familia, dejándolo a él de lado porque es la muñeca más pequeña del mundo.

Con lo que no contaba el Barón es que Charlie tiene una habilidad, dado su pequeño tamaño puede introducirse dentro de otras muñecas, manejándolas y usando sus habilidades. Para ello tiene que estar dentro de una muñeca de un tamaño exactamente inferior al que se vaya a “anidar”, y además tiene que hacerlo de espaldas, con lo que no puede hacerlo sobre quien no quiera sufrir “la anidación”.

Así, el juego se sucede como una videoaventura de las más clásicas, pues ni podemos saltar ni nos van a matar en ningún momento (lo más que puede suceder es que nos atrapen en determinadas circunstancias, y bien al final). Además es un juego muy accesible, con ayudas al usuario de todo tipo (que si no quiere no tiene porqué usarlas, el juego incluso intenta que no las uses) y con múltiples maneras de resolver el mismo entuerto.

Pero el tema de las muñecas le otorga un valor especial, y es que tenemos una infinidad de acciones disponibles (no las he contado, pero andarán por varias centenas). Cada muñeca tiene una habilidad (con algunas tan chorras como jugar al pilla pilla hasta otras tan interesantes como hacer fotos con flash, efecto quemado incluido), y además de poder darnos el gustazo de probar cada idea que se le haya ocurrido al equipo de Double Fine, muchas tienen una recompensa que va desde completar minipruebas a directamente poder hacer pequeñas travesuras. Y por supuesto, hay muñecas con habilidades imprescindibles para avanzar en la historia, todo esto provoca que Stacking sea uno de los juegos con más puzles y mejor integrados de los que se pueden encontrar en la actualidad.

El aspecto gráfico del juego es muy sencillo y muy atractivo a la vez, alejándose totalmente de un estilo serio pero usando una especie de pseudorealismo, el juego aprovecha la escasez de animaciones necesarias para que una matrioska tenga cierta expresividad para la enorme cantidad de acciones del juego. Los escenarios por otro lado usan un estilo algo realista para los elementos más cercanos, pero en cuanto una parte se va de foco este pasa a adoptar un marcado caracter cartoon.

Comentar también que la paleta está muy centrada en marrones, lo que mezclado con el ritmo tranquilo del juego puede provocar cierto cansancio visual si la partida se alarga demasiado. Con todo, estéticamente es un juego delicioso.

No es demasiado largo de completar, pero tiene tal cantidad de extras que se puede alargar bastante. Como en todos los juegos anteriores el sentido del humor juega un papel importante, llegando a ser realmente creativo. Muy recomendado para todo tipo de jugadores.