Un buen pasapuzles basado en las demostraciones de habilidad con fichas de dominó de largas hileras y extrañas formas, esas en las que tenemos que tocar una y tirar todas. Pero a diferencia de las demostraciones a las que representa en Domino Effect hablamos de una cantidad de piezas que no llega a la decena, y con ellas además debemos tumbar la ficha que está al final de la pantalla pero siempre teniendo en cuenta que puede haber otras piezas con las que interaccionar, como pelotas o bloques de hielo. Su mayor problema, más allá de su sencillez visual, es que el juego puede resultar un poco aleatorio debido a la dificultad para precisar la fuerza necesaria con la que lanzar la primera pieza.
Una buena idea muy mal desarrollada.