No es fácil encontrar una nueva mecánica que ofrecer al mundo, una con la que hacerte rico, pero si lo es intentar darle alguna vuelta de tuerca a las ya existentes. Que estas vueltas sean fructíferas o no es otra cuestión. El título del que hoy os hablo es Vampire Slayer Squad, una perfecta representación del clásico juego de tablero Space Hulk que allá por los 80 lanzara la incombustible empresa Games Workshop.
Al igual que en el resto de juegos basados en esta mecánica, disponemos de un grupo de personajes a los que podemos mover a través de laberínticos mapas. Este movimiento viene sujeto a unos puntos de movimiento que también se usan para atacar o abrir puertas. En ellos encontramos a enemigos cuyo movimiento está parcialmente oculto, apenas atisbamos su posición o acción, aunque en ocasiones se nos den falsos positivos o números equivocados, al menos hasta que entren en nuestro rango de visión.
No es difícil encontrar aficionados a este juego olvidado, y mucho menos a sus clones, como por ejemplo Templar Assault. Sin embargo, Vampire Slayer Squad ofrece de primeras un acabado más que aceptable para la representación de un juego de tablero pero, sobretodo, ofrece una variación en la tradicional historia de marines espaciales honorables y cabreados. Lejos de la oscuridad del espacio, nuestro cometido es aventurarnos junto a Van Helsing por los laberínticos pasajes del castillo de Drácula y acabar a nuestro paso con sus esbirros. Las misiones no son sencillas e incorporan los habituales pretextos: rescates, escoltas, capturas, etc. Donde sí innova es en la inclusión de elementos destruibles además de las clásicas puertas. También ofrece varios modos de juego que alargan la vida del título ante los incondicionales. Además, las conversaciones entre Drácula y el cazador legendario al inicio de cada misión no tienen desperdicio.
En resumen, toda una joya para los incondicionales del juego de tablero.