El presente año 2012 podría ser recordado por dos cosas, la primera es que el mundo no llegó a su fin y la segunda porque Peter Jackson llevó a los cines la película de El Hobbit, basada en la obra de J.R.R. Tolkien, una película que quizá muchos no sepáis, tuvo su propio videojuego en 1982. Desarrollado por Phillip Mitchell y Veronika Megler (Beam software) para ZX Spectrum, Amstrad CPC 464, Commodore 64, BBC Micro y los desconocidos Dragon 32 y Oric, el juego era una aventura de texto, conversacional, en la que teníamos que introducir comandos para seguir avanzando. Una de sus principales características, que le llevó a conseguir el Golden Joystick en 1983 como el juego de estrategia del año fue el sistema de análisis de frases, conocido como “inglish”, que permitía formular preguntas con frases complejas, además de otras cosas, como que transcurría en tiempo real, de modo que podían ocurrir cosas si te ibas a prepararte el clásico bocadillo de chocolate.
Contaba con más de cincuenta localizaciones que el jugador podía superar de formas muy distintas gracias a las diferentes soluciones, las personalidades de los personajes y el impredecible sistema de lucha.
Fue un éxito a nivel de ventas y llegó a vender más de un millón de unidades, pero no únicamente por estar basado en la obra de Tolkien, también por su enorme calidad.
Mola