Juego de reflejos, donde debemos tocar cada ser vivo que aparezca en pantalla, lo que implicará que habrá recibido un tomatazo, y podremos seguir jugando. Gráficamente cumplidor, su gran pega es no ofrecer nada al usuario más allá de una prueba a sus reflejos y su paciencia, lo que permite ver quien es el que más aguanta en los listados del Game Center.
Entretenido para cinco minutos, pero poco más.