Un pobre granjero no puede permitirse que las gallinas y pollos de su granja se escapen, y las malditas han aprendido a volar. Armado con sus puños, sus piernas y un revolver debe evitarlo a toda costa. Lo que visto desde otra óptica podría convertirse una crítica social, es en realidad un sencillo juego manipulado con el acelerómetro del dispositivo, mediante este control podremos orientar los continuos y automáticos saltos de nuestro entrañable granjero. Al acercarnos a cualquier ave esta será golpeada sin necesidad de interacción alguna, y para aquellas escurridizas que consigan alejarse de nuestro rango de salto siempre nos quedará una escueta ración de plomo.
Divertido, pero no apto para los amantes de los animales.