Bajo la habitual y sencilla premisa de salvar nuestro mundo debemos acabar con una nueva invasión, esta vez de babosas. La mecánica de juego, igual de sencilla que el planteamiento, nos insta a lanzar unas pequeñas esferas pulsando sobre la pantalla para acabar con los enemigos. Al ser finitas y quedar dispersas por la pantalla es vital volver a recoger los disparos. Esta tarea podría resultar sencilla si no fuese porque, cual Pang, nuestro personaje únicamente dispara hacía arriba y solo puede moverse en horizontal sobre la base de la pantalla usando el acelerómetro, la física y la gravedad harán el resto. Los enemigos también pondrán su granito de arena y lo harán desplazándose únicamente mediante saltos más o menos grandes, facilitando así un poco la tarea de exterminarlos. Lamentablemente, ni las vidas del personaje, ni los «logros», ni el acceso a la red de puntuaciones OpenFeint parecen darle una verdadera vida a través de sus (por ahora) 90 niveles, mucho menos en su modo Survive.
No Mola.