Chalk Ball utiliza la física para conseguir un juego de rebotes en el que debemos evitar que la bola caiga. Para ello, pintaremos por la pantalla líneas (al más puro estilo Kirby: Power Paintbrush) en las que irá rebotando. Las líneas que dibujamos para que no caiga la bola son de tiza (chalk) haciendo que cada vez tengamos menos cantidad y que deberemos recargar golpeando el resto de bolas que aparezcan. El juego presenta dos modos de juego: aventura y supervivencia. El primero, con un montón de escenarios con diferentes características. El segundo, en el que tendrás que resistir mientras las bolas siguen apareciendo. Además, podremos competir contra nuestros amigos aprovechando su integración con la red OpenFeint. Mola: es simple, pero engancha.