Últimamente estoy jugando una barbaridad a XCOM: Enemy Unknown, algo normal puesto que es uno de los juegos que más me divierten de esta generación. Aún con los montones de errores que veo en la versión PC (Que nunca dejaré de criticar), hace que me quede hasta altas horas de la mañana bajo la premisa de «Sólo una misión más» o «Aún tengo tiempo para un poco de gestión«. Y lo disfruto también a sabiendas de que mucho de su contenido da risa.
Gracias a sus referentes de la ciencia ficción añeja, como la aparición de los sectoides como la clásica representación del alienígena de Roswell, hace que uno no se tome muy en serio el contenido de su historia. Sus diálogos son muchas veces hilarantes: «¡Es una lluvia letal!» afirman algunos soldados que aprovechan un ataque enemigo para mostrar su lado más sensible y poético. De hecho, no en vano afirman en Mondo Píxel que este punto es digno de película mala, y con mucha razón.
Sin embargo no es lo único que me hace reír del juego. Hay varios puntos en la historia y las investigaciones de los enemigos que me hacen exclamar «¡Qué ingenuos éstos de Firaxis!«. Son elementos muy visibles si se ha iniciado alguna partida.
Una vez que los soldados van dejando cadáveres de invasores tras de sí, se puede empezar a investigar la tecnología y anatomía de los alienígenas para mejorar el equipamiento del ejército humano. Primero, usamos estas investigaciones para pasar del armamento tradicional a armas de rayos o de plasma. Poco a poco vemos cómo se estudian nuevas armaduras, y después pasamos también a modificar a nuestros propios soldados.
Investigación tras investigación se suceden los comentarios que justifican la maldad del enemigo. «Vaya«, me digo, «parece ser que mi jefe de ingenieros no le hace gracia la evolución que han tenido los alienígenas«. Y no es para menos: sin mucho problema me comenta que usan la tecnología sin control, fusionándose, creando todo tipo de aberraciones. Incluso parece preocupado porque la humanidad pueda seguir ese camino. Y yo secundo esa preocupación.
Pero pasado un tiempo no puedo hacer sino reírme delante de la pantalla del ordenador y exclamar «¡Qué ingenuos!«. Al fin y al cabo, según avanzo estoy llegando al extremo de hacer que mis soldados adquieran poderes psíquicos para poder derrotar a los enemigos y no veo que haya mención alguna a las consecuencias sociales que pueda tener este avance.
He cambiado las condiciones de la humanidad para siempre, para poder ganar una guerra. He usado la tecnología únicamente como un fin para conseguir un objetivo, sin que me importaran las consecuencias. Nadie ha comentado siquiera un «tendremos que ir con cuidado» sino que además afirman que es algo «impresionante«. Y me da la impresión de que cada vez más los convierto en las herramientas que cualquier gobierno fascista desearía.
Otro ejemplo son los interrogatorios que lleva a cabo mi jefa de investigación, que suelen acabar con la «desaparición» de los especímenes vivos capturados. Pesa sobre mí también (algo importante en el contexto social actual) que he enviado armas paralizantes para parar «protestas y disturbios» según me dice un informe, y sin más información al respecto.Y los malos siguen siendo los aliens, sin ningún resquicio de duda.
Me choca, porque de esta forma han creado un simulador, que aunque sea sencillo y seguramente de manera involuntaria, resulta bastante representativo de lo que entendemos ahora por las relaciones políticas. Puedes tener la intención de salvar a la humanidad, pero al fin y al cabo todo son intereses.
Los países buscan que les atiendas, el medidor de pánico que rige las relaciones se puede interpretar como el nivel de paciencia que tienen con tu gestión. Has de mimar a las diferentes naciones o decidirán salir del proyecto XCOM y con ello cortarán la financiación. Ya no se trata de que haya millones de víctimas humanas. Ni siquiera tenemos un contador global de víctimas como sucedía en Defcon. Lo máximo que he llegado a ver son pequeños grupos humanos que mueren como moscas, incluso antes de que pueda acercarme. Es cuestión de que dependiendo de las peticiones que respondamos nos será más fácil matar marcianos, que al fin y al cabo es el objetivo final de todas las misiones.
Al fin y al cabo, las diferentes misiones se pueden resumir así.
- Rescate: Rescata a una persona importante. Y acaba con todos los invasores en la zona.
- Reconocimiento: Explora los restos del OVNI estrellado. Y acaba con todos los supervivientes.
- Ataque de Terror: Evacua a todos los civiles que puedas. Y mata a los invasores en la zona.
- Asalto a la base: Entra y extermina a esos jodidos aliens.
¿Alguien piensa en la humanidad? Yo desde luego ya no.
Es cierto que hay momentos en que XCOM parece una mala broma y otros en los que parece una gran sátira. A causa de su sencillez como juego no parece que haya sido hecho del todo a propósito. Pero también es esa sencillez la que permite que ese contenido pueda estar en el juego, a caballo entre el sarcasmo y la poca consciencia del tema que se trata. Así que ahora no puedo evitar mirarlo con otros ojos. Ahora lo juego con cinismo, mientras me pregunto: «¿Ingenuos? ¿Seguro?«.