Os va a sorprender que haga un artículo de opinión sobre la reciente feria de videojuegos que tuvo lugar en Madrid la semana pasada en vez de hacer un reportaje o algo aséptico. Pero… aparte de que en ningún momento tomé nota alguna en el Gamefest, ni tampoco material gráfico, creo que el tema merece más unas cuantas reflexiones que una mera crónica.

La primera, como comentan en El Confidencial, es constatar el negocio redondo que supone Gamefest a sus organizadores: cobran al visitante, cobran al expositor e incluso venden stock almacenado. Les sirve para reunir anualmente a sus trabajadores, y no sólo eso: también les sirve para celebrar reuniones con proveedores. Al menos, pagarán el espacio de suelo que están usando en IFEMA. Salvo que hayan tenido un acuerdo con IFEMA o el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid, claro está.

Es curioso que hayamos tenido que esperar a 2010 para tener, realmente, una feria de este calado. Y eso que ha habido intentos, como una feria que se realizó en el año de las Olimpiadas en Barcelona, el Salón del Entretenimiento Electrónico (S2e, cuya segunda edición se canceló una semana antes de su realización), el Salón del Videojuego de Córdoba (reconvertido en Gamerland, un evento parecido a Gamefest pero en Bilbao), además de las conocidas parties, lideradas por Euskal y Campus, y los eventos centrados en desarrolladores, como Gamelab y el CDV. O el Salón del Manga de Barcelona.

Hay que estar un poco ciego para no ver que una cosa así iba a atraer gente. Pero no será por intentos. Hace no demasiado se procuró realizar otra feria en Valencia, y las empresas no estaban interesadas; también hubo tentativas en Barcelona. Ha tenido que ser Game, uno de los principales puntos de venta en España, quien se haya puesto firme y haya considerado que era necesario, importante, importante organizar esta feria. Así, al final, ha salido.

Servidor se conoce bastantes ferias del mundillo. Colonia, San Francisco, Los Angeles, Tokio, Paris, Londres… todas estas ciudades tienen su feria, y en todas ellas hay diferentes tipos de asistentes. Prensa, profesional, visitante, expositores y a veces más. En Gamefest, a efectos prácticos, hay expositores y visitantes. La prensa y los profesionales entran de la misma manera que los visitantes. Nada de un día (o unas horas) para prensa, o algún punto de reunión con los profesionales. A pesar de contar con una gran cantidad de colectivos a los que poder reunir o a los que poder presentar algo (alguno aprovechó, pero pocos), como medios de papel, especializados, televisiones, blogs o desarrolladores. Por suerte, hubo quien supo reunirse de una manera u otra.

Y eso que este año ha mejorado la feria. La prensa, al menos, tiene una sala donde, si llevas tu portátil y tu conexión a Internet, puedes dar cuenta de lo que pasa. Y te dan agua (algo que, creedme, es importante). La zona de Gamelab (este año llamada Academy) ha estado rodeada por una especie de carpa transparente que conseguia que se oyese mucho mejor lo que se contaba dentro.

Los stands, en general montados por las compañías, eran muy correctos. Algo por otro lado sorprendente, pues en la mayoría de casos los juegos que son rentables en España son los de siempre: para Nintendo los clásicos Mario y Zelda, amén de «juegos» como Art Academy; para Sega los Sonic (de hecho, es lo único que mostraron, aprovechando los 25 años); para Konami la saga Pro Evolution Soccer, junto con varios Metal Gear Solid; EA tiene más variedad, con Fifa, Need for Speed y, ahora, la esperanza de un triunfo con Battlefield 3; Activision se refugia en la saga Call of Duty; Take 2 tiene a NBA 2k; Ubisoft a Assasin’s Creed, Just Dance 3 y Rayman; Microsoft los juegos de Kinect (como Dance Central 2), Forza Motorport 4 y Gears of War 3 (jugadísimo). Y luego está Sony, que no se contenta con vender juegos en España, sino que los crea también aquí y nos lo dejó patente: Jerónimo Stilton, Cars 2, The Mystery Team e Invizimals tenían un espacio destacado, a pesar de que las estrellas eran Uncharted 3 y Ps Vita, además del irrenunciable juego de baile (Dancing Stars). Namco Bandai mostró juegos basados en sagas como Caballeros del Zodiaco, Dragon Ball, Bleach o Naruto, además de apuestas como Dark Souls, y la última entrega de Ace Combat. Koch Media nos presentó los nuevos Tomb Raider y Hitman, mientras que Warner Bros se hacía cargo de Batman: Arkham City y del próximo Final Fantasy XIII-2. Sin olvidar la sorpresa de la feria: Saints Row 3, de THQ, que monopolizaba lo visto junto con la última entrega de Warhammer 40.000.

Hubo muchos más juegos, pero estos eran los que se esperaba que triunfasen a tenor de lo que allí vimos. Y es una pena porque entre los no destacados nos encontramos verdaderas joyas, como Asura’s Wrath de Capcom, El Doctor Lautrec o Neverdead de Konami (aunque la versión probada estaba muy verde), el próximo King of Fighters, Shinobi de 3ds (curiosamente, en el stand de Nintendo, y no en el de Sega), Kirby de Wii, Journey de Sony, y el juego de Barrio Sésamo para Kinect, entre otros.

Hay que destacar, a favor de la feria, la existencia de un espacio retro que hace las delicias de todos los jugones. Y que las charlas de la zona Gamelab Academy han sido muy buenas. Además, se habilitaron espacios en otras partes de la feria (muy lejanas y escondidas, eso sí) para otro tipo de charlas, ponencias o presentaciones.

Conclusiones

1: Gamefest (y ferias similares) son importantes para la madurez del sector en España.
2: Por eso, es importante que sigan mejorando.
3: El sector produce una cantidad de buenos juegos tan importante que es complicado que sean rentables todos.
4: Hay un caldo de cultivo (desarrolladores, jugadores, blogs, medios serios) muy sano para el desarrollo del sector en este país. No lo desaprovechemos.
5: Las masificaciones del sábado y domingo se deben evitar.

Del año que viene esperamos más. El tiempo dirá.