Nintendo me frustra. Y no es algo que nazca de mi seguerismo pasado u otros condicionantes, que va, lo que me hace querer ir a Kyoto a darles un par de collejas es su fantástico sentido de la incapacidad. No se si será el agua, el consumo de productos en mal estado o la posición de la luna respecto la cruz del sur, pero esta gente es única a la hora de desaprovechar oportunidades para hacer cosas grandes. En serio, desde la Super Nintendo que no dan pie con bola.

Ahora es cuando me dirán que estoy loco y que Nintendo son los reyes del mambo, ambas suposiciones correctas, pero nadie me puede negar que los cartuchos de Nintendo64, la GameCube en general, los catálogos de Wii y NintendoDS o los códigos de amigo han sido decisiones como para echarse a llorar. De todas formas, todo esto es una opinión meramente personal. Seguro que hay miles de personas ahí fuera disfrutando de la Wii Balance Board y de los Imagina ser… que nunca se han preocupado por si se podía haber hecho algo mejor.

Punset tiene una opinión clara sobre 3DS y sus efectos nocivos para la vista

Ya ven, todo es un tema de expectativas. Si te encuentras con una idea revolucionaria y piensas “de aquí pueden salir genialidades” es más probable que te sientas decepcionado ante la enésima entrega de “Colección de minijuegos genéricos” que si lo único que esperabas es una consola con juegos que no te presenten reto alguno. Por eso, para no volver a decepcionarme, decidí hace tiempo ignorar la 3DS. Juro que he puesto todas mis fuerzas en no preocuparme por lo que estaba cocinando Nintendo con su nueva portátil. Vale, sí, sabía que tendría 3D, WiFi y esas cosas, pero no quería ilusionarme. Y todo iba bien hasta el jueves pasado.

Ese aciago día fui a casa de Ramón, gran compañero de página y mejor persona, con la intención de tomar un café cuando fui asaltado por la inocente frase “ayer me compré la 3DS, ¿quieres probarla?”. Oh, cruel fortuna, ¿por qué me tientas? Sabía que el día llegaría, pero ¿tenía que ser tan pronto? En fin, no es cuestión de hacerle un feo a un amigo, así que decidí probarla y tras quince minutos volví a tener la sensación «¿por qué me haces ésto, Nintendo?». Tienes una máquina técnicamente aceptable, con un gran aspecto social y una clara apuesta por la realidad aumentada. Un pelotazo en potencia. Y vas y te centras en las 3D. Una característica accesoria y con nulas posibilidades en el campo de la innovación. Algo que tan sólo es “lo mismo pero más bonito”.

Ahora ya entiendo el anuncio de Punset. ¿Estaba alucinando el hombre con las 3D cartoneras? No, es que había visto un impresionante visor de realidad aumentada y estaba imaginando la de cosas que esto podría aportar en muchos géneros. Pero no se preocupe señor Punset. La 3DS no será “la realidad descodificada” Si todo sigue el curso habitual, la 3DS será otra consola desaprovechada repleta de refritos y de la que veremos tan sólo un 10% de sus capacidades. No veremos aventuras que nos permitan explorar objetos con realidad aumentada. No tendremos juegos portátiles online masivos. Nadie creará juegos que interaccionen con el entorno. Todo serán mascotas tridimensionales, puzzles tridimensionales, Marios tridimensionales y refritos en 3D.

Nintendo, por favor, deja de hacer volar mi imaginación con nuevas ideas y dedícate a darnos “lo mismo de siempre”, como el resto de empresas. Así cuando arrastres nuestros sueños por la ciénaga de la mediocridad nos dolerá menos.