Decían que el presente año 2011 iba a ser muy importante para los mal llamados juegos casuales, dónde también encontramos un subgénero muy importante en la actualidad, los juegos sociales. Tras mucho pensar y hablar sobre el tema con un amigo, llegamos a la conclusión de que este subgénero entra dentro de los juegos «ocasionales», pues no dejan de ser juegos accesibles a todo tipo de público, pero añadiendo el componente social. Estos títulos son lo que son y sirven para algo muy claro, atraer la atención y ampliar el target a nuevos jugadores que de otro modo verían muy difícil el acceso a este sector. Si pensamos como una gran compañía, crear juegos de este tipo es una muy buena idea de generar ingresos partiendo de un coste muy bajo en su desarrollo, mientras que para los pequeños estudios o los creadores noveles es, quizá, la única opción de entrar en el mercado.

Conocemos ya muchos casos en los que una genial idea de “bajo presupuesto” ha conseguido calar en la industria, en la prensa y en los jugadores. Títulos que en el pasado podrían perfectamente estar alojados en páginas web como juegos en flash, actualmente son los que más repercusión tienen, incluso hasta el punto de marcar un antes y un después en sus estudios, léase el caso de Rovio con Angry Birds en las plataformas Android/iOS, juego sencillo a más no poder con 100 millones de descargas.Curiosamente mientras pensaba en este artículo Peter Vesterbacka, uno de los responsables de Angry Birds y mentes pensantes en Rovio hacía unas declaraciones diciendo que «el desarrollo de los videojuegos tal y como lo conocemos se está ahogando«.

Los juegos orientados a un público que juega ocasionalmente han existido siempre, pero en los últimos años parecen ser los principales causantes de algo que pasará tarde o temprano, la desaparición de las consolas, pues si nos fijamos, el desarrollo de los grandes juegos está siendo cada vez más pequeño y sencillo. Los últimos movimientos de varios creadores pasándose a los juegos ocasionales, algunas compañías creando sus propios estudios dedicados a este sector, y los avances en computación en la nube por parte de Onlive, Gaikai y Sony con la posibilidad de almacenar partidas guardadas en nube, dan mucho que pensar.

No quiero decir con esto que se pierdan de vista el resto de juegos y géneros, para nada, es más siempre seguirán ahí, con más o menos tiempo de desarrollo y dedicación, pero seguirán cuidando todos los tipos de público.

Veamos las razones por las cuales los juegos sociales están relacionados con la desaparición de las videoconsolas. Las redes sociales cómo Facebook y Tuenti cuentan con miles de aplicaciones, siendo las de videojuegos las que más triunfan y más ingresos generan, razón de más para que grandes compañías se fijen en ello y empiecen a cambiar su forma de actuar.

Es cierto que esto de los juegos “pequeños” empezó en las plataformas móviles y en la red, pero a medida que ha ido pasando el tiempo, con el lanzamiento del iPhone, el iPad, los smartphones y demás gadgets, los títulos más coquetos se permiten el lujo de triunfar cómo la bebida con sabor a cola que todos conocemos, gozando de una distribución espectacular en una gran cantidad de plataformas.

La pregunta es si estamos viendo un gran cambio en todo esto y no nos damos cuenta, es decir, el mundo portátil, las redes sociales, los servicios online y las plataformas en nube están cambiando el juego, algo que puede acabar con el soporte físico de una vez por todas.

Hace un tiempo hablaba sobre esto mismo pero aquella vez mi mente solo veía “culpables” en los DLC’s y en los juegos descargables vía Xbox Live, Playstation Network y Steam. Tras un periodo de reflexión, al ver como está evolucionando todo, empiezo a darme cuenta de que hay mucho más, algo que iniciaron los juegos sociales, que luego vieron los pequeños desarrolladores y que además fue potenciado por Facebook. El juego, sin duda, está cambiando y no nos queda otra que amoldarnos a pesar de que no nos guste, nadie dijo que el futuro fuese bonito.

Al escribir este tipo de artículos me veo como el típico abuelo contando historias a mis nietos, y es que mucho me temo que no falta mucho para la desaparición de las cajas, los manuales y las colecciones físicas. Cuándo todo sea por descarga y en nube me pregunto si tendremos la misma ilusión.