Miguel Zugaza, director del museo madrileño, ha decido dar un giro radical en la política de adquisiciones de la institución. En una rueda prensa esta mañana ha anunciado que algunos videojuegos serán expuestos en el museo, con la intención de renovar la colección con obras de arte del siglo XX y XXI. Para celebrar esta incorporación, a finales de 2013 se organizará una exposición de los videojuegos que más impacto han tenido en la cultura popular.
La intención es que los videojuegos entablen un diálogo con nuestras obras más clásicas. ¿Acaso se puede negar la influencia de la obra de Velázquez en la creación de espacio tridimensional en Super Mario 64 de Miyamoto? ¿O el estilo de Rubens en la abigarrada jugabilidad de Bayonetta de Mikami? ¿O el clasicismo de Rafael en el diseño de Pac Man? El Museo del Prado ha estado ignorando demasiado tiempo el arte de nuestro tiempo. […] Los jóvenes que visitan el museo no se sienten identificados con los temas de la pintura mural románica del siglo XII, pero sí se sienten atraídos por los videojuegos de forma natural.
El Museo Nacional del Prado con esta nueva política sigue por el camino que abrió el MoMA de Nueva York adquiriendo el código de catorce videojuegos. La noticia seguro que alegra a la periodista Gina Tost que mostró hace un mes la necesidad de modernizar los museos españoles.