A través de la web El Pixel Ilustre leemos la historia de un usuario en problemas con el popular servicio de distribución de videojuegos estadounidense Steam, pero antes resulta interesante rememorar los últimos acontecimientos relacionados con la empresa. Recientemente el servicio ha cambiado las condiciones de uso, su TOS, para blindarse ante posibles demandas colectivas. Según las nuevas condiciones, el usuario y Valve aceptan resolver todas las disputas y reclamaciones mediante arbitraje individual. Según la empresa de Seatle, es una medida que favorece al usuario dado que rara vez se logra algo útil con las demandas colectivas y en realidad se agilizan los trámites. Una blindaje polémico que ya tomó en su momento el gigante japonés Sony con su servicio PlayStation Network.
Ahora, un usuario no parece estar seguro de si quiere aceptar las nuevas condiciones del servicio y ha intentado contactar con el servicio técnico para sopesar sus opciones. Según este usuario el servicio técnico ha respondido que puede aceptar las nuevas condiciones o perder su cuenta, en el caso de escoger la segunda opción todos sus datos serían borrados y no podría volver a acceder a sus juegos comprados de manera legal.
Lo curioso es que aunque en realidad se traten de licencias de uso digital no parece existir ninguna razón clara para que los usuarios deban perder aquello que ya han comprado. Según una reciente sentencia del tribunal superior de justicia europeo incluso es posible revender dichas licencias, por lo que nuestra vinculación al servicio queda aún más en entredicho. Sin embargo, desde la propia dirección de Steam ya advirtieron que no se pretendía posibilitar la reventa de las licencias y ahora parece que tampoco tienen intención de que los usuarios puedan apearse del servicio sin perder los productos comprados.
Dado que en la Unión Europea no es posible firmar un contrato de ninguna clase renunciando a los derechos que se consideran irrenunciables, estos EULA o TOS solamente blindan a la compañía ante el público de otros países y posiblemente constituyan una diana jugosa para futuras demandas frívolas o reales.