Call of Duty: Black Ops, con las miras puestas en la gente a la que le gusta jugar videojuegos, ha recaudado en su primera semana en el mercado la nada desdeñable cifra de 650 millones de dólares. Mientras, Zynga, que hace videojuegos para gente que lo mismo se pasa 10 minutos jugándolos para salir del ostracismo como pulsando F5 para ver cuántos nuevos amigos (virtuales, claro) tiene, anuncia su próximo título: CityVille.
Aunque el redundante nombre, CiudadCiudad, cae en el ridículo más asombroso, nadie duda del mucho esfuerzo que los señores de Zynga han dedicado a seguir explotando una imagen de marca, la del sufijo –ville, que les ha ido considerablemente mejor que a sus competidores de Slashkey la suya (tuvieron la mala fortuna de elegir el menos pegadizo –town): es la aplicación de Facebook más popular, con 62 millones de usuarios activos a sus espaldas. Por desgracia para Slashkey, al que se puede decir que Zynga plagió con descaro: FarmVille es casi un clon de su Farm Town.
CityVille, que estará disponible en castellano y contará con modelos 3D a diferencia de los anteriores productos de la compañía, es una especie de juego de construcción de ciudades descafeinado. Las amistades de Facebook podrán visitar la ciudad del jugador e interaccionar con él de increíbles maneras: ayudando a comprar nuevo mobiliario urbano, acelerando la velocidad de construcción y generando recursos, o hasta abriendo negocios propios en ciudades ajenas, informa Gamasutra. Todo ello para llegar a ninguna meta y pasar así emocionantes y divertidos momentos de ocio virtual.
Gran manera la de Zynga y otras empresas a la zaga de generar interés en la industria: probar que se le puede sacar mucho dinero a la gente desarrollando productos tan meritorios. Quejémonos de los contenidos descargables.
La verdad es que no me explico como enganchan estos juegos eh
Tricuñuelas, tienen a un grupo de psicólogos intentando hacer productos que exploten las debilidades mentales de las personas.
Es tan sucio como cualquier otro Online 😛
La gente está muy, muy aburrida. Es lo que tiene ser una ameba.