Últimamente estoy jugando una barbaridad a XCOM: Enemy Unknown, algo normal puesto que es uno de los juegos que más me divierten de esta generación. Aún con los montones de errores que veo en la versión PC (Que nunca dejaré de criticar), hace que me quede hasta altas horas de la mañana bajo la premisa de «Sólo una misión más» o «Aún tengo tiempo para un poco de gestión«. Y lo disfruto también a sabiendas de que mucho de su contenido da risa.
Gracias a sus referentes de la ciencia ficción añeja, como la aparición de los sectoides como la clásica representación del alienígena de Roswell, hace que uno no se tome muy en serio el contenido de su historia. Sus diálogos son muchas veces hilarantes: «¡Es una lluvia letal!» afirman algunos soldados que aprovechan un ataque enemigo para mostrar su lado más sensible y poético. De hecho, no en vano afirman en Mondo Píxel que este punto es digno de película mala, y con mucha razón.
Sin embargo no es lo único que me hace reír del juego. Hay varios puntos en la historia y las investigaciones de los enemigos que me hacen exclamar «¡Qué ingenuos éstos de Firaxis!«. Son elementos muy visibles si se ha iniciado alguna partida.