El otro día tuve una conversación con un amigo sobre la simulación de vuelo, sobre su comunidad, motivaciones y, en definitiva, sobre la pregunta «¿por qué?«. Lo cierto es que no alcanzaba a entender los motivos de un hobby tan minoritario, pues es, quizá, el género más cerrado y elitista de jugadores que existe. Sí, la primera premisa suele ser la aceptación de que tras cada piloto virtual se encuentra un piloto frustrado, aunque no son pocos los pilotos reales que usan estos programas para entrenamiento.
Afrontémoslo: aprender a volar en un simulador es caro y absolutamente absorbente. Hablamos de cientos de horas de práctica para dominar un avión en lo que se denominan «hard sims» como puedan ser Flight Simulator, Falcon 4 BMS o cualquiera de la saga DCS, por no hablar de los precios del hardware necesario, pues no solo es requisito un PC de gama media/alta sino que ha de venir acompañado de accesorios como pueden ser unos buenos mandos de vuelo, pedales y un sistema Track IR. En un cálculo rápido unos 500 € sin contar el ordenador. ¿Qué es, pues, lo que nos lleva a muchos a meter los pies en semejante cenagal? …Seguir leyendo +