Hoy en día no es raro encontrarnos con videojuegos protagonizados por personajes femeninos. Lara Croft, Jill Valentine o Faith Connors son nombres que a los aficionados al ocio digital no nos son ajenos. Sin embargo, hasta el punto de inflexión que supuso la saga de Tomb Raider, el uso de un protagonista femenino era toda una rareza e incluso un riesgo, pocas compañías estaban dispuestas a poner a una mujer a la cabeza de un videojuego orientado mayoritariamente a un público masculino. Aunque al respecto de esta característica hubo honrosas excepciones y el juego que hoy nos ocupa es un buen ejemplo. …Seguir leyendo +