Voy a deciros dos palabras: terror, y niebla. Sé exactamente en qué estáis pensando, me da igual el nombre que tengáis en mente, Harry Mason, James Sunderland, Heather Mason, o en menor medida Henry Townsend o Travis Grady… Absolutamente todos y cada uno de vosotros, estimados lectores que posiblemente no seáis muy devotos del género, habéis pensado en un lugar llamado Silent Hill.
En mi anterior crítica sobre la saga, al simplemente correcto Silent Hill: Downpour, ya hice algo de retrospectiva cultural sobre estos juegos y el desarrollo extremadamente lastrado por un corto periodo de desarrollo de la última entrega así que no voy a repetirme. Sencillamente os diré que apaguemos las luces, silenciemos el ambiente, dejemos sonar los acordes de Akira Yamaoka de fondo mientras nos ponemos en situación. Hoy conducimos de noche… …Seguir leyendo +