Ayer estuve en la presentación de Duke Nukem Forever en la discoteca Otto Zutz de Barcelona a cargo del mismísimo Randy Pitchford, presidente de Gearbox Software. Nos obsequió con un extenso discurso explicando cómo el proyecto pasó de una empresa a otra y cómo han trabajado para seguir mejorando el resultado año tras año, en una interminable lucha por terminar un juego que parecía interminable y que, bromeando, comparó con la Sagrada Familia.
Pudimos ver allí una parte jugable, ambientada en un Duke Burger, en la que se utilizaban unos dispositivos para menguar y devolver a su tamaño original a Duke y superar así una serie de puzles. Más tarde pude ponerme a los mandos de la demo y probar por mí mismo otras dos partes del juego: el final de Duke Nukem 3D en un estadio de fútbol americano y un nivel en el desierto en el que se combina conducción con la mecánica clásica y tradicional a pie.
Las expectativas eran muy altas. Todo el mundo estaba muy emocionado… doce años de desarrollo, el renacer de una saga tan conocida y querida como Duke Nukem… no es moco de pavo. Y lo cierto es que nos llevamos una impresión bastante agridulce. …Seguir leyendo +