La historia de Homefront sucede durante el año 2027. A lo largo de varios años, Corea del Norte, bajo el mando de Kim Jong-un, ha conseguido armas nucleares, ha invadido y absorbido a Corea del Sur y a otras tantas naciones, ha atacado con éxito a Estados Unidos y tomado el control del país…
Nosotros nos pondremos en la piel de Robert Jacobs, un marine piloto de helicópteros que se unirá a la resistencia para luchar contra la opresión de los norcoreanos (o norcos, como suelen llamarlos en el juego). La historia de nuestro personaje se nos explica en los primeros minutos: van a su casa a detenerlo por alguna razón (suponemos que por tener una bandera de Estados Unidos en la pared), lo meten en un autobús con otros prisioneros, escapa y se une a la resistencia. Y punto. El personaje no se relaciona con los demás, no habla, no tiene pasado ni parece preocuparse mucho por el futuro. Simplemente es un tipo al que le ponen un arma en las manos y le dicen: sígueme y dispara a todo lo que se mueva. Eso sí, por alguna razón, aunque acabe de unirse a la resistencia, delegarán en él todas las acciones importantes, del mismo modo que hacen en los Call of Duty: «¡Coge ese lanzamisiles y derriba a ese helicóptero!», «Toma, un rifle de francotirador, ¡cubre nuestro avance!», «¡Jacob! ¡Coge esos explosivos C4 y acaba con ese tanque!».